Existen posibilidades de que para el año 2030, el uso de energía de aire acondicionado, para calor o frío, se incremente hasta en un 60 por ciento, y esto influye en el cambio climático, aseveró Jorge Arturo del Ángel Ramos, investigador de la Universidad Veracruzana (UV).
Por lo anterior señaló que urgente generar conciencia entre usuarios o consumidores de energía, puesto que el cambio climático es una emergencia mundial que exige soluciones coordinadas en todos los niveles para ayudar a avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
En el marco del Seminario Permanente de Sustentabilidad y Derechos Humanos-UV, el investigador explicó que existe una tendencia a la alza de uso de aires acondicionados para mitigar el calor; y en época de frío, el uso de calefactores; pues dijo que el 40 por ciento de la facturación eléctrica corresponde al uso de aire acondicionado.
Y abundó que los edificios a nivel mundial consumen cerca del 40 por ciento de la energía que se produce, según Agencia Internacional de Energía.
«El sector de la construcción, que incluye la energía utilizada para construir, calentar, enfriar e iluminar hogares y empresas, así como los electrodomésticos y equipos instalados en ellos, representan más de un tercio del consumo de energía y las emisiones mundiales», citó.
Una transformación profunda y sistémica del paradigma energético mundial, dijo, debe lograrse en un plazo de 30 años, indica, pues se requiere un cambio estratégico que se expanda más allá del enfoque en la descarbonización de suministro de energía y consumo de energía.
Detalla que el potencial para sustituir los combustibles fósiles, incluidos los edificios, la calefacción y acondicionamiento de aire y el transporte, es significativo y representa la mayor parte de las posibles reducciones de emisiones.
Además del suministro de energía, como la solar fotovoltaica y energía solar térmica, y tecnologías de uso final como bombas de calor, señala que la planificación energética a nivel urbano y la toma de decisiones también son fundamentales pare poner en marcha una infraestructura urbana resistente al clima y garantizar el éxito de las transiciones energéticas.
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