¿Por qué los peores incendios en la historia de California están sucediendo en pleno invierno?

¿Por qué los peores incendios en la historia de California están sucediendo en pleno invierno?
¿Por qué los peores incendios en la historia de California están sucediendo en pleno invierno?

A pesar de que los incendios en California suelen tener lugar durante el verano, este invierno la zona se está enfrentando a uno de los incendios más devastadores de su historia, provocando la evacuación de más de 180.000 personas, la muerte de, al menos, 10 individuos en el condado de Los Ángeles (se desconoce el número total de fallecidos), y más de 9.000 estructuras dañadas o destruidas (incluidas las mansiones de muchos personajes famosos de Hollywood). 

Pero, si estamos en la considerada ‘temporada húmeda’, y los incendios del sur de California suelen tener lugar de los meses de mayo a octubre, ¿cómo es posible que se haya transformado en una crisis que dura ahora prácticamente todo el año? 

Ante todo, la situación de calentamiento global, con un aumento generalizado de las temperaturas que han hecho que incluso los inviernos se sientan cálidos, con la correspondiente reducción de cotas de nieve o humedad que extiende esa misma frescura por toda la vegetación, han provocado que el suelo y la vegetación, en general, estén más secas, dejando el entorno mucho más vulnerable a los incendios forestales. 

Otra parte la ponen los vientos estacionales con fuerza de huracán al bajar por las montañas, ya que el aire se comprime debido al incremento en la presión atmosférica y aumenta su temperatura. 

Esto provoca una disminución en la humedad relativa del aire, que ya es seco por su origen desértico, haciéndolo aún más eficiente para secar la vegetación; por lo que no hacen sino servir de herramienta potenciadora de los incendios, ya que la energía eólica incrementa la propagación y acelera la destrucción de las poderosas llamas. Solo en el condado de Los Ángeles estos vientos han llegado a alcanzar ráfagas de más de 145 kilómetros por hora. 

Estas corrientes de aire recalentado que soplan desde el interior del continente hasta la costa de California son los denominados ‘vientos de Santa Ana’ que, al ser secos y soplar desde tierra adentro hacia el mar, son capaces de convertir cualquier chispa en un gran incendio. 

En este caso, esta combinación de sequía, y unas temperaturas inusualmente cálidas que han hecho florecer y secar rápidamente toneladas de plantas (ante las casi cero precipitaciones desde el mes de julio), junto a los vientos catabáticos, han creado un escenario perfecto como combustible para agravar la propagación del fuego a gran velocidad, que ha llegado a quemar una superficie igual a unos cinco campos de fútbol por minuto. 

Ante este perfecto escenario para la ignición, una simple chispa provocada por una línea eléctrica sumado a los incendios provocados, y las crecientes tormentas eléctricas -también a causa de tener un planeta cada vez más cálido-, son los principales desencadenantes que están generando situaciones sin precedentes en áreas que ni siquiera estaban tipificadas como inclinadas a potenciales incendios. 

Hay muchos, pequeños, pero rápidos y potentes fuegos diseminados por el sur de California, que representan un duro recordatorio de que el cambio climático está haciendo que los incendios forestales sean más frecuentes, intensos y destructivos.  

No se suelen detectar alertas de incendio en Los Ángeles en los primeros tres meses del año, y mucho menos durante las dos primeras semanas. La temporada de incendios ya no está sujeta a la primavera y el verano y es una realidad a la que el mundo se tendrá que adaptar. 

Con información de National Geographic 

Foto: Istock 

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