No ha habido manera de escapar de las horribles imágenes de los incendios que azotaron la región de Los Ángeles. Durante los últimos días hubo cuatro incendios simultáneos en las afueras de Los Ángeles.
Estos fueron los cuatro incendios más grandes en el área de Los Ángeles.
- Incendio de Palisades: el incendio activo más grande está ardiendo entre Santa Mónica y Malibú. Área quemada: 23.713 hectáreas
- Incendio de Eaton: el segundo espectáculo de fuegos artificiales más grande al norte de Pasadena. Área quemada: 14.117 hectáreas
- Incendio de Hurst: Al noreste de la ciudad. Área quemada: 799 hectáreas
- Incendio de automóvil: al oeste de la ciudad en el condado de Ventura. Área quemada: 56 hectáreas
Aquí analizamos algunos de los factores que los hicieron más letales:
Los vientos de Santa Ana
A partir del 7 de enero de 2025, los fuertes vientos de Santa Ana, a veces casi huracanados, golpearon con fuerza las montañas de las afueras de Los Ángeles (Estados Unidos) y provocaron incendios forestales en varios barrios.
El 8 de enero habían ardido más de 1.000 edificios, en su mayoría viviendas, y al menos cinco personas habían muerto. Las autoridades instaron a más de 100.000 residentes a evacuar, pero con vientos tan fuertes, poco pudieron hacer los bomberos para controlar las llamas.
Los vientos de Santa Ana son vientos potentes con un bajo grado de humedad que soplan desde las montañas hacia la costa del sur de California. En la región se producen una media de diez vientos de Santa Ana al año, que suelen ser entre otoño y enero. Cuando las condiciones son secas, como lo son en esta época del año, estos vientos pueden convertirse en un grave peligro de incendio.
Estos vientos se producen cuando hay altas presiones al este, en la Gran Cuenca, y un sistema de bajas presiones frente a la costa. Las masas de aire se mueven de alta presión a baja presión, y cuanto más extrema es la diferencia de presión, más rápido soplan. A medida que los vientos descienden desde la cima de las montañas, se vuelven más secos y cálidos. Aunque estos fuertes vientos secos suelen alcanzar de 48 a 64 km/h, a principios de enero de 2025 soplaron a 97 o 113 km/h.
Suministro de agua
Uno de los problemas que han señalado los bomberos que luchan contra las llamas ha sido el sistema de suministro de agua.
Debido a que no hay apoyo aéreo por los vientos y el humo, los bomberos se han visto obligados a apoyarse únicamente con el sistema de hidrantes urbanos para controlar el avance de las llamas.
La crisis climática
Los incendios que golpean ahora a Los Ángeles no son típicos. No son naturales y antes habrían sido imposibles. El cambio climático, causado por la quema de carbón, petróleo y gas, ha sobrecargado los sistemas climáticos del mundo, dando como resultado temporadas de incendios más largas, más cálidas y más secas, y vientos extremos que provocan conflagraciones como las de Los Ángeles.
Después de lo que ha pasado hoy sabemos que no es solo que no haya suficiente suministro de agua en el sur de California, sino que no existe suficiente agua para apagar este nivel de fuegos. Los incendios forestales se controlan con descargas aéreas, que en este caso no se pueden usar. El apoyo aéreo es esencial para combatir el fuego y en este caso el viento y la visibilidad aérea lo impidieron, es por eso que se volvió tan letal.
Y aunque esta región suela enfrentar incendios de manera frecuente, los países que siempre han tenido incendios están experimentando más incendios, más grandes y mayores pérdidas de propiedad, y países que nunca se han considerado propensos a los incendios están comenzando a experimentar incendios. Un ejemplo de ello es que en 2022, 41 casas fueron destruidas por incendios de pasto y matorrales en las afueras de Londres en un día de 40 grados.
Es por eso que, a pesar de la tragedia que estos incendios representan, el referirnos a ellos de esta manera no deja ver lo que en realidad son: una consecuencia directa de la negligencia de los políticos y empresarios que se han encargado de seguir invirtiendo en combustibles fósiles a toda costa, sin importar el costo que eso ha tenido en la vida de los demás.
No es una casualidad ni una desgracia: es una consecuencia directa de todos los que han querido enriquecerse a cuestas de todo y de todos.
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