En la próxima conferencia sobre el cambio climático COP28 a celebrarse del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en Dubái, Arabia Saudita, un tema clave será otro gas poderoso que retiene el calor: el metano, pues normalmente las conversaciones sobre el clima suelen centrarse en la reducción de un conocido gas de efecto invernadero, el CO2 (Dióxido de Carbono).
AFP publica que, como componente principal del gas natural, el metano (CH4) se encuentra abundantemente en la naturaleza; pero también es el segundo mayor contribuyente al calentamiento global causado por el ser humano después del dióxido de carbono, con una capacidad aún más fuerte para atrapar el calor.
Refiere que, en un periodo de 100 años, su efecto de calentamiento es 28 veces superior al del CO2 (y 80 veces a lo largo de 20 años); la concentración en la atmósfera actualmente es más de dos veces y media mayor que sus niveles preindustriales. Y el aumento se ha acelerado en los últimos años; y también contribuye a la producción de ozono, un contaminante peligroso para los seres humanos y los ecosistemas.
Cómo se produce el gas metano
Alrededor del 40% del metano se emite de forma natural, principalmente a través de los humedales. Pero la mayoría de las emisiones (alrededor del 60%) están vinculadas a la actividad humana.
La agricultura es el sector más importante.
Aproximadamente una cuarta parte de las emisiones, provenientes de ganado (las vacas y ovejas liberan metano durante su digestión y a través de sus excrementos) y el cultivo de arroz en campos inundados, donde se crean condiciones ideales para las bacterias que emiten metano.
El sector energético (carbón, petróleo y gas)
Es el segundo mayor emisor. El metano se escapa durante la producción de energía, las infraestructuras de transporte (como gasoductos) y por fugas deliberadas durante el mantenimiento de las instalaciones.
Los desechos fósiles también liberan grandes cantidades de metano cuando se descomponen.
Pero la cantidad de metano liberado en la atmósfera sigue siendo objeto de una «incertidumbre significativa», según destaca la Agencia Internacional de Energía (AIE), a pesar de los avances en la monitorización de las emisiones mediante el uso de satélites.
Un informe reciente de la AIE estima que reducciones rápidas en las emisiones de metano vinculadas al sector de los combustibles fósiles podrían evitar hasta un 0,1ºC de calentamiento para mediados de siglo.
Tal reducción tendría un impacto mayor que «retirar inmediatamente todos los automóviles y camiones de las carreteras», según los autores.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, lo llamó «una de las opciones más efectivas y asequibles» para reducir el calentamiento global.
Podría lograrse reparando fugas en la infraestructura energética y eliminando la quema rutinaria y la liberación durante el mantenimiento de los gasoductos.
«Las fugas son demasiado altas en muchas áreas donde se extrae gas natural, pero algunos países, especialmente Noruega, han demostrado que es posible extraer y suministrar gas natural con niveles mínimos de fugas», dijo William Gillett, director del Programa de Energía en el Consejo Asesor Científico de las Academias Europeas (EASAC).
«Estas ‘mejores prácticas’ deben adoptarse más ampliamente», agregó.
En el caso de la agricultura, es posible modificar las dietas de los animales mediante, por ejemplo, la adición de un compuesto que inhibe la producción de metano. Otros han sugerido el enfoque más drástico de reducir las cabezas de ganado.
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