La ganadería industrial (también conocida en inglés como factory farming) es un método de cría de animales que maximiza la eficiencia en las operaciones industriales que determinan la alimentación de los animales, el espacio al que estarán confinados, el crecimiento que se les permitirá y el momento del sacrificio. La gran mayoría de los animales de granja se crían bajo este sistema, que sigue creciendo y aplicándose en cada vez más países en todo el mundo.
Sin embargo, la ganadería industrial también es responsable de la crueldad animal, los riesgos para la salud pública y los enormes impactos ambientales. Las actuales tasas de expansión y producción de la ganadería causan considerables daños al planeta y al sistema alimentario mundial
¿Qué es la ganadería industrial?
La ganadería industrial es un sistema intensivo y a menudo en gran parte automatizado de cría de animales para el consumo humano. En las granjas industriales, (de las cuales la mayoría son operaciones concentradas de alimentación animal), los animales de una especie viven hacinados en espacios extremadamente pequeños, a menudo con poco o ningún acceso al sol o al aire fresco.
Muchos de sus procesos vitales, como nacer, alimentarse, beber e inseminarse, están altamente mecanizados, sin tener en cuenta su bienestar físico y sus necesidades sociales y psicológicas. El estrés al que se exponen estos animales durante su corta vida es inmenso. Solo para dar una idea, se estima que la vida de un cerdo en una granja industrial es de 180 días, mientras que en condiciones nórmales su expectativa de vida es de aproximadamente 15 años.
Se estima que para 2030 el consumo de carne crecerá un 30% en África, un 18% en Asia Pacífico, un 12% en América Latina, un 9% en América del Norte y un 0,4% en Europa. La creciente demanda hace que miles de millones de animales estresados sean mutilados y confinados en jaulas o corrales estrechos y desolados durante toda su vida. Más del setenta por ciento de los 80,000 millones de animales terrestres que se crían en el mundo son criados y sacrificados en crueles sistemas de cría industrial cada año.
Peligros de la ganadería industrial
- Desnutrición y obesidad:Los sistemas de cría industrial han desplazado a la producción local y sostenible de alimentos. La tierra se utiliza para plantar cultivos para alimentar a los animales de las granjas industriales, no a las personas, lo que socava la nutrición y la seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, los grandes volúmenes de carne barata producida en granjas industriales equivalen a un consumo excesivo de carne, uno de los cuatro principales factores de riesgo de enfermedades crónicas.
- Impactos físicos y mentales para los trabajadores: Además de ser sistemas de extrema explotación para los animales, las condiciones laborales a las que se tienen que someter los trabajadores para poder estar al día con la demanda de la ganadería industrial es también extenuante. En los sistemas de cría industrial, los impactos en la salud física y mental que sufren los trabajadores incluyen: malas condiciones de trabajo en las instalaciones de sacrificio, procesamiento y envasado de carne, lesiones físicas y problemas de salud psicosocial y mental.
- Daños al medio ambiente: La cría intensiva contamina el medio ambiente con una serie de toxinas potencialmente letales. El hacinamiento de tantos animales implica una gran cantidad de estiércol, que deriva en una importante emisión de gases de efecto invernadero. Los desechos animales pueden ser útiles a pequeña escala, pero potencialmente catastróficos en grandes cantidades, especialmente si no se dispone de ellos de la manera adecuada (como suele suceder en el caso de la ganadería industrial).
Pensando en alternativas
El objetivo más ambicioso del movimiento animalista siempre ha sido erradicar la ganadería industrial e inspirar a la gente a alimentarse más a base de plantas y menos de animales. Esto tiene sentido, ya que el grado de violencia de la ganadería industrial sobresale en los tipos masivos de violencia contra los animales. Aunado a esto, uno de los pilares del movimiento es exigir que los animales de granja merezcan el mismo respeto y compasión que los animales por los que se hace un mayor esfuerzo de conservación.
Más allá del problema del sufrimiento inevitable que implica la matanza de los animales que consumimos, la ganadería industrial requiere nuevas formas de maltrato animal, como el confinamiento intensivo, medicamentos que mantienen a los animales enfermos con vida lo suficiente para que sean rentables y modificaciones genéticas que inducen enfermedades.
Pero el camino a seguir para el movimiento animalista puede no solamente aumentar el número de personas veganas y vegetarianas sino también identificar un consenso entre los movimientos sociales que se centran en el cuidado y respeto a los animales y aquellos que se centran en preocupaciones como el cambio climático y la salud pública. Estos movimientos comparten un interés en avanzar hacia un sistema alimentario que esté más basado en plantas que nunca antes.
Es sumamente importante incorporar cambios sistémicos para lograr los mayores beneficios para la salud de nuestra población. Algunos de ellos incluyen reorientar los subsidios de la cría industrial hacia prácticas humanas y sostenibles, apoyar los esfuerzos para reducir significativamente la producción y el consumo de carne y productos lácteos en países con un alto consumo promedio per cápita, mejorar la asequibilidad de los alimentos de origen vegetal y brindar apoyo de transición a los agricultores que ya no desean dedicarse a la cría industrial.
Estos cambios requieren que gobiernos de todo el mundo comiencen a exigir mucho más a las granjas industriales e introduzcan políticas más estrictas de bienestar animal en las granjas.
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