En el marco del Foro Económico Mundial (WEF), el enviado presidencial especial de EE.UU para el clima, John Kerry, anunció un “pasaporte de carbono” contra el calentamiento global a través de una tarjeta en la que se registrarán todos los movimientos en avión.
El “pasaporte de carbono”, dijo, se trata de una asignación de carbono anual que los viajeros no podrían exceder. De superarse el número concedido, a la persona se le impedirá volar por un tiempo determinado.
“Estamos desarrollando por medio de la tecnología una habilidad para que los consumidores midan su propia huella de carbono”, sostuvo en Davos en la cumbre internacional de Davos, que en 2024 celebró su 54º reunión bajo el lema “Reconstruyendo la confianza”.
La empresa turística Intrepid Travel explicó que “esto obligará a las personas a racionar su carbono de acuerdo al presupuesto global, que es de 750.000 millones de toneladas hasta 2050”.
En este sentido, John Kerry señaló que “ya se discute en foros internacionales, adónde y cómo viajan, que están comiendo y que consumen”, a la hora de describir el funcionamiento que tendrá ese rastreador de la huella de carbono individual.
Según cifras de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) los vuelos comerciales representan entre el 2 y 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La Agencia de Protección Ambiental precisó que “entre 2013 y 2018, la cantidad de CO2 emitida por los servicios aéreos en todo el mundo aumentó un 32%, el futuro no promete nada bueno”.
España redujo su huella de carbono en un 9% en comparación con 2019 y tiene el propósito de acelerar los esfuerzos para reducir el 50% del GEI para 2030 y lograr el cero neto para 2040.
Con información de PERFIL
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