No cabe duda que uno de los principales causantes de la enorme degradación que enfrenta el medio ambiente se debe al exceso de habitantes que existe en el planeta. Y este camino de decadencia ha sido también la razón por la que muchas personas han decidido no tener hijos.
Hoy en día sabemos que serán las generaciones más jóvenes las que más sufran los daños de la crisis climática. Sin embargo, el panorama es todavía más difícil de lo que pensamos. Es eso lo que hoy indican los expertos.
Un estudio recientemente publicado en la revista Nature indica que los niños nacidos en 2020 se enfrentarán a una exposición sin precedentes a fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e incendios forestales, incluso si el calentamiento se limita a 1,5 °C por encima de las temperaturas preindustriales.
¿Qué dice el estudio?
Utilizando un estudio de caso centrado en Bruselas, los investigadores concluyeron que las personas nacidas en 2020 experimentarán 11 olas de calor a lo largo de su vida, una cifra sin precedentes, incluso si el calentamiento global se limita a 1,5 °C para finales de siglo.
En cambio, en un clima preindustrial, una persona que residiera en la capital belga probablemente experimentaría únicamente tres olas de calor de este tipo, según el estudio.
En un mundo sin cambio climático, el estudio concluye que una persona nacida en 1960 en Bruselas tendría una probabilidad entre 10.000 de experimentar seis de las olas de calor predefinidas a lo largo de su vida. Cualquier miembro de esta cohorte de nacimiento que experimente más de seis olas de calor a lo largo de su vida se ha enfrentado, por lo tanto, a una exposición vitalicia sin precedentes al calor extremo, según el estudio.
Más de la mitad de los niños nacidos en 2020 (alrededor de 62 millones de personas) experimentarán una exposición sin precedentes a las olas de calor a lo largo de su vida, incluso si el calentamiento se limita a 1,5 °C. Sin embargo, esta cifra casi se duplica, hasta alcanzar los 111 millones, en un escenario en el que el calentamiento alcance los 3,5 °C.
Un impacto sin precedentes
A medida que el planeta se calienta, los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, las inundaciones y las sequías, se vuelven más intensos, frecuentes y duraderos.
Un popular estudio de 2021 reveló que los niños nacidos en el siglo XXI estarán expuestos a más fenómenos meteorológicos extremos a lo largo de su vida que sus padres y abuelos.
El artículo concluyó que, en un escenario de calentamiento de 3 °C por encima de los niveles preindustriales, un niño que cumpla seis años en 2020 experimentará el doble de incendios forestales y ciclones tropicales, el triple de inundaciones fluviales, el cuádruple de pérdidas de cosechas, el quíntuple de sequías y el 36% de olas de calor a lo largo de su vida a comparación de un niño de seis años que viva en un clima preindustrial.
El peso de la desigualdad
Los autores también observaron un aumento particularmente marcado en la exposición futura de los niños a fenómenos extremos en Oriente Medio y el Norte de África. El riesgo suele ser considerablemente más alto para los niños que viven en zonas marginalizadas que son más propensas al desastre y a la falta de servicios básicos como agua potable y una vivienda digna.
La organización benéfica Save the Children ha publicado un informe que detalla las conclusiones del estudio. En la gráfica del informe se muestra el porcentaje de personas de diferentes países nacidas en 2020 que se enfrentarán a una exposición sin precedentes a olas de calor a lo largo de su vida bajo los escenarios de calentamiento de 1,5 °C (arriba), 2,5 °C (centro) y 3,5 °C (abajo).
Cada círculo representa un país, indicado por su código de tres letras. El tamaño del círculo indica la población del país. Los círculos más oscuros indican países con ingresos más altos.
El hecho de que niños tan pequeños vayan a ser expuestos a condiciones tan extremas es mucho más peligroso de lo que parece. Sus cuerpos y mentes son especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático, como la contaminación, las enfermedades mortales y las condiciones meteorológicas extremas. Sin embargo, han sido en gran medida ignorados en el discurso y la financiación global del cambio climático.
El informe Índice de Riesgo Climático Infantil (IRCI) de UNICEF de 2021 reveló que mil millones de niños corren un riesgo extremadamente alto de sufrir los impactos de la crisis climática.
Diferentes fenómenos nos han dejado sin preparación para atender a las personas expuestas a ellos, como lo fue la radiación y efectos a largo plazo en la salud después de la bomba nuclear en Hiroshima y Nagasaki. Y aunque esta fue una amenaza generada en un laboratorio, tampoco conocemos los efectos a largo plazo que podría tener la exposición sin precedentes a fenómenos climáticos como los mencionados anteriormente. La realidad es que no tenemos idea cómo esto puede afectar a las generaciones futuras y qué tanto realmente podemos protegerlos.
Es por eso que tenemos que igualar la lucha contra la crisis climática con la lucha por la supervivencia humana, pues es esa la amenaza real a la que nos enfrentamos. Un mundo que simplemente ya no solo no tenga condiciones para acoger más humanos, sino que los humanos simplemente ya no podamos sobrevivir en él.
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