El mes pasado fue el segundo septiembre más caluroso registrado en la historia; se produjo después del verano más cálido de la historia del mundo, en un año que va camino para ser el más abrasador de la historia registrada.
El cuerpo humano y los límites del calor
El cuerpo humano tiene un límite a lo que puede soportar en relación a las altas temperaturas. El calor mató a 60,000 personas solo en Europa en 2022, y al menos a 55,000 personas en Rusia en 2010. Ahora, cada vez hay más investigaciones que sugieren que los humanos pueden ser más vulnerables al aumento de las temperaturas de lo que los científicos habían creído anteriormente.
Cuanto más dura una ola de calor, peores son las consecuencias para la salud. Si la temperatura sube durante un breve período de tiempo, tenemos respuestas fisiológicas y conductuales que pueden ayudarnos a afrontarla, pero si dura más tiempo, puede sobrepasar la capacidad del cuerpo para manejarla. Además, la gente está dispuesta a tomar medidas de precaución durante un tiempo, pero después de un tiempo quiere seguir con sus cosas y salir a la calle de todos modos.
El cuerpo intenta enfriarse lo mejor que puede, por lo que sudamos más. Cuando sudamos, perdemos electrolitos, que son necesarios para muchas funciones corporales diferentes. También perdemos líquido, por lo que podemos deshidratarnos, lo que puede causar confusión e inhibir el buen juicio que se necesita para detenernos y refrescarnos. A veces, las personas no saben que el calor les está afectando hasta que es demasiado tarde. O, si están haciendo senderismo o corriendo, se pierden. Si no puedes refrescarte, tu interior se cocina.
Sabemos por las investigaciones que las personas tienen más probabilidades de sufrir un golpe de calor y presentarse en el hospital o en el servicio de urgencias con un desequilibrio electrolítico o problemas renales durante una ola de calor. Aproximadamente 1200 personas mueren en los Estados Unidos cada año por enfermedades relacionadas con el calor. (En comparación, aproximadamente 88 mueren en inundaciones y 68 en tornados).
Un riesgo de salud pública
En 2018, investigadores que utilizaron modelos climáticos actualizados descubrieron que, si no se reducen considerablemente las emisiones, China podría verse expuesta regularmente al límite humano en 2070. Para fines de siglo, también podrían estarlo el Golfo Pérsico, la India y el Sudeste Asiático.
En total, casi dos mil millones de personas podrían enfrentarse a temperaturas que el cuerpo no puede tolerar durante mucho tiempo. La mortalidad por calor extremo podría superar la de todas las enfermedades infecciosas juntas y rivalizar con la del cáncer y las enfermedades cardíacas.
En 2020, algunos investigadores ambientales descubrieron indicios de que algunas regiones de Oriente Medio ya habían cruzado el umbral de calor soportable varias veces desde 2005, aunque por periodos breves.
En 2021, Larry Kenney, profesor de fisiología en la Universidad de Penn State reclutó a 24 voluntarios para que se tragaran un termómetro de cápsula y se metieran en una cámara de calor mientras sus estudiantes de posgrado marcaban la temperatura en el interior. Lo que encontraron fue sorprendente.
Durante la ola de calor en Europa en 2022, casi el 60% de las muertes se produjeron entre personas mayores de 80 años. Desde que el Dr. Kenney publicó sus resultados iniciales, los investigadores de la Universidad de Sídney han emitido corroboraciones: descubrieron que el límite puede ser todavía más baja entre los participantes de mayor edad. Si el límite real de tolerancia al calor humano es inferior a 35 grados Celsius, la amenaza de un calor letal puede ser mayor de lo que se cree.
Sin embargo, se espera que el ritmo del calentamiento se acelere. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático IPCC por sus siglas en inglés) prevé un aumento de tres grados centígrados para 2100 con las políticas climáticas actuales. Por encima de los dos grados, podrían surgir rápidamente olas de calor letales en algunas de las regiones más densamente pobladas del mundo, incluidas China oriental, India y África subsahariana, según el Dr. Kenney y sus colegas. Si el calentamiento superara los cuatro grados, estas condiciones comenzarían a afectar el sudeste asiático, Australia, Oriente Medio, Sudamérica y varias ciudades estadounidenses, incluidas Chicago, Houston y Washington.
Es por eso que es más que urgente hacer todo lo posible por evitar la continua alza de temperaturas del planeta, principalmente la quema de combustibles fósiles. Ya no es una cuestión de si podemos o no hacerlo, sino que el hacerlo es la única opción para nuestra supervivencia.
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