El acceso al agua potable es una de nuestras necesidades humanas más básicas. Sin embargo, una de cada cuatro personas en el mundo no tiene acceso a agua potable, lo cual constituye un grave riesgo para la salud. El agua contaminada es responsable de más de un millón de muertes al año.
El acceso universal al agua potable es una necesidad fundamental y un derecho humano. Es por eso que el garantizar el acceso para todos contribuiría significativamente a reducir las enfermedades y las muertes, especialmente entre niños y mujeres. Los servicios de agua potable gestionados de forma segura representan un nuevo y ambicioso paso en la escala utilizada para medir el progreso en materia de agua potable.
Se le llama agua potable o agua apta para el consumo humano y animal al agua que puede ser consumida sin causar problemas de salud al beberse o preparar alimentos.
El difícil acceso al agua potable
Desde 2015, más de 687 millones de personas han tenido acceso a servicios gestionados de forma segura. En 2022, 5,820 millones de personas utilizaron servicios gestionados de forma segura y otros 1,500 millones utilizaron servicios básicos.
Sin embargo, según la ONU, 2,200 millones de personas aún carecían de acceso a servicios de agua gestionados de forma segura: 1.500 millones con servicios básicos, 292 millones con agua limitada, 296 millones que utilizaban fuentes no mejoradas y 115 millones que aún obtenían agua potable directamente de ríos, lagos y otras fuentes de agua superficial. Los datos revelan disparidades pronunciadas, siendo las personas más pobres y las que viven en zonas rurales las que tienen menos probabilidades de utilizar un servicio básico. En la mayoría de los países, la carga de la recolección de agua sigue recayendo principalmente en las mujeres y las niñas.
Cerca de 10% de la población mexicana no tiene acceso al agua potable; son entre 12.5 y 15 millones de habitantes, sobre todo del área rural, pero también de zonas marginadas en las grandes ciudades. Las personas afectadas por la falta de agua potable padecen problemas de salud y de higiene. Incluso dentro de quiénes sí los que sí reciben agua, casi 30% no lo tiene en cantidad ni calidad suficiente. “El derecho al agua se encuentra en nuestra legislación, pero no se cumple”.
Hoy sabemos que en México aproximadamente hace 50 años sólo la mitad de la población tenía acceso al agua potable, y entre 30 y 40 % al saneamiento y al drenaje. Para 1990, las cifras ascendieron a 78.4 y 61.5 %, respectivamente.
En 2018, el 91.6 % tenía acceso al agua potable y 90.2% al saneamiento, de acuerdo con cifras oficiales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Es una buena mejora, sin embargo pero en los últimos 15 años nos hemos estancado: deberíamos estar en 98 o 99 por ciento. Entre 2005 y 2018 avanzamos apenas de 89.2% a 91.6%.
Agua potable en el mundo
En las últimas dos décadas, la inversión en servicios de agua potable ha generado un aumento considerable del acceso. Dos mil millones de personas en todo el mundo obtuvieron acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura. En 2020, el 74 % de la población mundial utilizó agua potable gestionada de forma segura, frente al 62 % en 2000. A pesar de este progreso, existen amplias disparidades geográficas, y 2 mil millones de personas aún no utilizan agua potable gestionada de forma segura.
El mundo está lejos de estar en vías de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. El progreso continuo en la Meta 6.1 de los ODS y la aceleración adicional necesaria para lograr el acceso universal se ven amenazados por los impactos cada vez mayores y la incertidumbre del cambio climático, las necesidades hídricas agrícolas y ecológicas, las prioridades financieras contrapuestas y los desafíos de las amenazas existentes y emergentes a la calidad del agua.
Una estrategia valiosa para facilitar el acceso al agua potable en las comunidades marginalizadas es el utilizar Ecofiltro, ya que no requiere de agua potable ya que el mismo sistema filtra el agua de una manera fácil y segura. La misma compañía hace múltiples colaboraciones con un número de fundaciones a nivel nacional que regalan el producto en diferentes comunidades marginadas para que puedan facilitar el acceso al agua potable.
Es importante incorporar y apoyar estrategias como ésta, especialmente en el marco de la crisis de escasez de agua que hemos experimentado en los últimos años y que ha afectado tan profundamente a comunidades marginadas. En un espectro de posibilidades escasas, esta podría ser una solución importante.
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