Día Mundial del Hábitat: reducir desigualdades entre lo urbano y lo rural

Día Mundial del Hábitat: reducir desigualdades entre lo urbano y lo rural

Bajo el lema ‘Cerrando la brecha: abordando las desigualdades en el territorio sin dejar a nadie ni a ningún lugar atrás’, el Día Mundial del Hábitat marca el comienzo del ‘Octubre Urbano’ impulsado por Naciones Unidas, el cual busca crear conciencia, promover la participación, generar conocimiento e involucrar a todas las comunidades en la creación de un mejor futuro urbano.

Eduardo López Moreno, exdirector de investigación e innovación de ONU-Hábitat y coordinador del Informe Mundial de las Ciudades, ha expuesto la importancia de que «unas ciudades bien planificadas pueden reducir las desigualdades y lograr un crecimiento justo e inclusivo».

El autor del último Informe Mundial de las Ciudades ha señalado que «la desigualdad es un tema que se ha institucionalizado y que no es hasta que se analiza a nivel de ciudad, cuando se atacan problemas concretos».

Además, añadió que es importante diferenciar que «la pobreza no es lo mismo que la desigualdad, y no sólo reduciendo la pobreza, se reducen las desigualdades».

La importancia del Día Mundial del Hábitat

En 1985 la Organización de las Naciones Unidos (ONU), decidió proclamar el primer lunes de octubre de cada año como el Día Mundial del Hábitat, a manera de recordatorio de la importancia de tener una vivienda adecuada para desarrollarse social, cultural y económicamente.

El principal objetivo de conmemorar el Día Mundial del Hábitat es reflexionar acerca del estado estructural de nuestro entorno, el valor de poseer una vivienda donde asentarse para crecer individualmente y como comunidad, además de promover el ideal de que todos merecen un lugar apropiado para vivir.

Bajo el lema “Cerrando la brecha. No dejar a nadie, ni ningún lugar atrás”, el 3 de octubre la celebración mundial se centra en analizar el problema de la creciente desigualdad, los desafíos en las ciudades y los asentamientos humanos, en medio de las vulneraciones exacerbadas por las crisis de la triple «C»: Covid-19, clima y conflictos.

La pandemia, la guerra de Rusia en Ucrania, la crisis climática y la probabilidad de una recesión económica mundial, solo por destacar algunos conflictos recientes, han echado por la borda años de progreso en la lucha contra la pobreza, dando lugar a nuevas poblaciones vulnerables.

Según el Informe sobre las Ciudades del Mundo de ONU-Hábitat, el número de personas afectadas se situaba entre 119 y 124 millones en 2020 y entre 143 y 163 millones en 2021, por consiguiente, las desigualdades urbanas, junto a la pobreza, sean convertido en una prioridad mundial que debe ser estudiada.

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