El proyecto de Noruega para almacenar carbono

El proyecto de Noruega para almacenar carbono

El aumento global de dióxido de carbono (CO2) generado por la industria es uno de los principales motores del cambio climático. La búsqueda de soluciones tecnológicas para frenar estas emisiones se volvió prioritaria, especialmente en sectores como la producción de cemento y fertilizantes, donde la reducción total resulta difícil con los métodos convencionales.

Te puede interesar: Donald Trump ordenó el despliegue de dos submarinos nucleares tras las “provocaciones” del ruso Dmitri Medvedev
Desde la remota isla de Øygarden, en la costa noruega del Mar del Norte, Northern Lights se convirtió en el primer puerto del mundo dedicado al envío y almacenamiento de carbono. La terminal ya recibe toneladas de CO2 capturadas de fábricas europeas, las cuales se inyectan a más de dos kilómetros bajo el fondo marino.

Este proyecto surge respaldado por el gobierno noruego y por empresas como Shell, Equinor y TotalEnergies, con el objetivo de presentar un modelo replicable de captura y almacenamiento de carbono, tecnología ampliamente señalada como clave en la lucha climática. Según informó The Washington Post, el avance marca un punto de inflexión en el manejo de emisiones industriales y puede abrir el camino a una nueva era de “descarbonización” en sectores críticos.

Northern Lights: una alternativa global para la captura y almacenamiento de carbono

El proyecto responde a un escollo geológico ya que muchas regiones no poseen formaciones aptas para almacenar CO2 bajo tierra de manera segura. Por eso, la terminal noruega permite recibir el gas capturado en distintos países y transportarlo por barco para su confinamiento bajo el Mar del Norte. El objetivo anual es enterrar hasta 5 millones de toneladas de CO2, cerca del 10% de las emisiones noruegas.

La obra, respaldada principalmente por ingresos del sector petrolero y gasífero de Noruega, suma la participación de multinacionales energéticas que buscan adaptarse a un escenario donde la reducción de emisiones será diferencial.

Asimismo, este modelo pretende servir de base para otras naciones; por ejemplo, Japón y Corea del Sur ya negocian acuerdos para almacenar carbono en países con la geología adecuada, como Indonesia y Malasia

¿Cómo funciona?

La primera planta en enviar CO2 a Øygarden fue la fábrica de cemento Heidelberg Materials en Brevik (Noruega), responsable de abastecer a la mayoría de las ciudades del país. Allí se incorporó tecnología de captura que permite enfriar los gases calientes de los hornos, tratarlos con aminas para atrapar el dióxido de carbono y, mediante el uso de calor residual, liberar el gas puro, que se comprime y enfría hasta volverse líquido.

Con este proceso, la planta espera capturar hasta 400.000 toneladas de CO2 al año (el equivalente a retirar más de 90.000 automóviles de circulación), aunque representa solo la mitad de sus emisiones totales debido a los límites energéticos y económicos del sistema.

Anders Petersen, gerente del proyecto en Heidelberg Materials, explicó que ampliar la capacidad requeriría duplicar el gasto energético: “La expansión de esta tecnología depende de la disponibilidad de energía y de los costos asociados”.

El transporte se realiza mediante el Northern Pioneer, el mayor buque cisterna de dióxido de carbono del mundo, de 131 metros, equipado con tanques refrigerados y tecnologías para reducir su huella, como el uso de gas natural licuado y una vela rotatoria para aprovechar la energía eólica. Por cada 100 toneladas de CO₂ transportadas y almacenadas bajo el mar, la logística emite alrededor de tres, un factor que aún se busca optimizar.

Sin embargo, el desafío económico sigue siendo considerable, dado que Noruega financió el 80% de la primera fase (1000 MDD) y la expansión sumará otros 714 MDD más un subsidio europeo de 150 MDD. El director de Northern Lights, Heijn, determinó que la situación para este mercado sigue siendo inestable.

De este modo, el primer puerto mundial de CO2 no solo almacena carbono; también inaugura una etapa en la que la colaboración internacional, la regulación estricta y la innovación tecnológica deberán converger si la humanidad espera avanzar hacia una industria realmente sostenible.

También te puede interesar: ¿Todavía cuestionamos los efectos de los gases invernadero?

noticias relacionadas