El calor generado por la IA en París 2024

El calor generado por la IA en París 2024

En el noreste de París (Francia) hay un gigantesco almacén con un laberinto de pasillos sin ventanas en su interior. La maquinaria en este centro de datos se ocupa parcialmente para calentar la alberca en la que los atletas nadadores de Paris 2024 han hecho sus apariciones. Y ésta se deriva de la inteligencia artificial.

Calefacción como producto derivado de la IA

Conocido como PA10, este ruidoso emplazamiento pertenece a la empresa estadounidense de centros de datos Equinix: el zumbido de sus sistemas de refrigeración intenta bajar la temperatura de los servidores informáticos de sus clientes. “PA10 está hecho especialmente para racks de alta densidad”, comenta la ingeniera del sitio, Imane Erraji, señalando una torre de servidores capaces de entrenar inteligencia artificial (IA).

Durante el último mes, el centro de datos convierte en agua el aire caliente que desprende y la canaliza a un sistema energético local gestionado por la empresa de servicios públicos francesa Engie. Cuando funcione a pleno rendimiento, Equinix espera exportar 6.6 megawatts térmicos de calor fuera del edificio, el equivalente a más de 1,000 hogares.

Mientras las proyecciones sugieren que la IA está a punto de disparar la cantidad de electricidad que necesitan los centros de datos, y Equinix predice que el consumo de energía por rack podría aumentar hasta un 400%, el PA10 refleja un fenómeno en Europa por el que las autoridades intentan mitigar el impacto medioambiental de la próxima crisis energética de la inteligencia artificial y transformar los centros de datos en parte de la infraestructura que mantiene las ciudades cálidas.

Erraji describe el proyecto como una “situación beneficiosa para todos”, tanto para Equinix como para el suburbio local de Seine-Saint-Denis. Equinix extrae el calor del edificio para que sus dispositivos de refrigeración no tengan que trabajar tanto, explica, mientras que la ciudad obtiene una fuente económica de calor producido localmente. Después de que el proyecto recibiera una inversión de dos millones de euros (2.1 millones de dólares) de la ciudad de París, Equinix se ha comprometido a suministrar la energía gratuitamente durante 15 años. En junio, el alcalde de Seine-Saint-Denis, Mathieu Hanotin, también destacó las ventajas medioambientales, afirmando que el uso del centro de datos como fuente de energía ahorrará a la región 1,800 toneladas métricas de emisiones de CO2 al año.

Sin embargo, Francia posee un “mix eléctrico muy bajo en carbono”, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE, por sus siglas en inglés), con un 62% de su electricidad generada por energía nuclear. Y los críticos aseveran que los numerosos proyectos de reutilización del calor distrae del verdadero problema: la cantidad de suelo, agua y electricidad que consumen los centros de datos. “Si los centros de datos ya están aquí, por supuesto que es mejor reusar el calor que no hacer nada”, destaca Anne-Laure Ligozat, profesora de la Escuela Nacional Superior de Informática para la Industria y la Empresa (ENSIIE, por sus siglas en francés) de Francia. “Pero el problema es el número de centros de datos y su consumo de energía”, y añade que el impacto ambiental sería menor si estos no existieran.

Recientemente, los proyectos que capturan y reutilizan el calor para calentar viviendas, oficinas o universidades han surgido en toda la región, ya que los centros de datos se enfrentan a una presión cada vez mayor para ayudar a la Unión Europea a cumplir los ambiciosos objetivos medioambientales, como reducir las emisiones en un 55% para 2030, resalta Simon Hinterholzer, investigador del Instituto Borderstep de Innovación y Sostenibilidad de Alemania. En los dos últimos años, estas iniciativas se han hecho más populares al dispararse los precios de la energía en Europa, lo que ha llevado a los gobiernos locales a buscar fuentes económicas de calor para sustituir al gas procedente de Rusia. “Sin duda hay una correlación con la guerra de Ucrania”, añade Hinterholzer.

Una vez construidos los centros de datos, los investigadores coinciden en que estos proyectos de reutilización del calor tienen sentido. “Supone una diferencia significativa”, asevera Shaolei Ren, profesor asociado especialista en informática sostenible de la Universidad de California en Riverside. Ren calcula que la tecnología de refrigeración contribuye hasta en un 50% al consumo total de energía de un centro de datos. “Si las compañías reutilizan el calor, básicamente, están recortando la energía necesaria para la refrigeración”.

Energía reciclada y centros de datos para la IA

Pero para afirmar que los proyectos de reutilización del calor reportan alguna ventaja, para empezar hay que analizar de dónde obtienen la energía los centros de datos. Equinix manifiesta que las demandas de energía del PA10 están “cubiertas” al 100% por fuentes de energía renovables, incluido el uso de acuerdos de compra de energía (PPA, por sus siglas en inglés), por los que las empresas tecnológicas pagan a los parques eólicos o solares por la energía equivalente que producen, aunque la misma no esté directamente conectada al centro de datos.

“En este momento, no hay ningún centro de datos que funcione totalmente con energías renovables”, asegura Ren. “Cuando las empresas tecnológicas afirman que sus centros de datos operan con energías renovables, o dicen que son neutros en carbono, se refieren a la compensación de carbono, lo que significa que conectan su centro de datos a la red eléctrica y están realizando algunos métodos de compensación en otros lugares”. Las compañías que recurren a los PPA, por ejemplo, no siempre compran energía renovable del mismo país en el que están ubicados sus centros de datos.

Durante los últimos nueve días, el estruendo de la multitud en la piscina olímpica quizá haya eclipsado el zumbido del centro de datos Equinix cercano. Pero en París, como en otras partes de Europa, persiste el escepticismo ante esta industria en auge y la disrupción que la IA está a punto de introducir. La cuestión principal, según Ligozat, es el debate sobre la continua construcción de centros de datos y para qué actividades deberían emplearse. “Para mí, el tema central es: ¿debemos seguir construyendo centros de datos?”, señala. “Y no, ¿debemos reutilizar el calor [generado por ellos]?”.

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