La lucha por el agua en Chihuahua escala a violencia

La lucha por el abastecimiento de agua en el Estado de Chihuahua, en el noroeste de México, amenaza con desatar una nueva tensión diplomática entre el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y Estados Unidos.

El martes, centenares de agricultores armados con bates y sus herramientas de labriego tomaron la presa La Boquilla y cerraron sus compuertas, deteniendo de esta manera el flujo de agua que México debe entregar a su vecino del norte debido a un tratado internacional firmado en 1944 que establece el aprovechamiento de ambos países de las aguas de los ríos Bravo y Colorado.

Los productores aducen que necesitan el líquido para hacer producir sus campos en medio de una intensa sequía que afecta a esta región.

Las autoridades afirman que detrás de estos hechos hay manipulación política de grupos opositores, pero también la presión de poderosos productores de nuez y alfalfa, que necesitan el agua para mantener sus enormes plantaciones.

El conflicto por el agua en esta región del noreste de México es de vieja data e involucra las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, tras la firma de un tratado internacional de aguas en 1944 —que México ratificó un año más tarde—, que establece una repartición entre ambos países del agua del Río Colorado y el Río Bravo.

Según este acuerdo, Estados Unidos se compromete a entregar a México cada año 1.800 millones de metros cúbicos de agua del Río Colorado, mientras el Gobierno mexicano debe ceder 2.200 millones de metros cúbicos del Río Bravo cada cinco años.

Lorea afirma que la Administración tanto de Felipe Calderón como de Enrique Peña Nieto incumplieron el tratado entre 2010 y 2015, pero que el Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido a retomarlo para mantener las delicadas relaciones diplomáticas con su vecino del norte y evitar sanciones de Washington a los productos mexicanos.

La tensión aumentó la noche del martes, cuando se produjo un enfrentamiento con integrantes de la Guardia Nacional que ha dejado al menos dos muertos y varios heridos, entre ellos cinco militares.

La Guardia Nacional informó que sus “elementos fueron interceptados por civiles armados en varios vehículos, quienes los agredieron con armas de fuego”, por lo que tuvieron que “repeler” la agresión.

La institución ha dicho, además, que ha detenido a tres personas que portaban granadas de gas lacrimógeno y un cargador para arma de fuego.

Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer estos hechos, mientras los agricultores permanecen en la presa reclamando el suministro de agua.

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