El día de San Valentín se ha convertido en un importante simbolismo del amor en el ámbito comercial, invitándonos a gastar en todo tipo de cosas desde cenas, chocolates, flores, adornos, peluches, entre tantas otras cosas. Y al volverse una enorme festividad comercial, también genera una gran cantidad de residuos adicionales. Entre las personas se intercambian millones de tarjetas, flores, cajas de bombones y otros regalos. Y cuando las festividades terminan todos estos artículos y sus envoltorios terminan en la basura.
Es importante recordar que no hay nada adorable en la cantidad de residuos que genera esta festividad Sólo en el Reino Unido, el 14 de febrero produce nueve millones de kilogramos adicionales de CO2 debido a la obligación de intercambiar regalos, salir a comer y realizar actividades entre parejas.
Los residuos de San Valentín
Se estima que millones de personas alrededor del mundo celebran el Día de San Valentín cada año. Comprar regalos, salir a comer y comprar comida y bebida para cocinar una cena romántica en casa es un gasto que se va acumulando, ya que los británicos gastan alrededor de 1,300 millones de libras para celebrar el 14 de febrero. Y eso deja una enorme cantidad de residuos.
Para que tengas una mejor idea, a continuación te dejamos algunas cifras sobre el la magnitud de los residuos que se generan en algunos países donde esto ya está contabilizado:
Por otro lado, si vas a regalar alguno de estos regalos tan habituales,vale la pena pensar dos veces en el impacto ambiental que pueden tener:
Globos: tardan 450 años en degradarse
Popotes y bolsas de plástico: tardan unos 500 años en degradarse
Vasos de plástico de un solo uso: tardan entre 400 y 450 años en degradarse
Purpurina o pequeños adornos: Son microplásticos y permanecen en el medio ambiente durante cientos de años.
Flores cortadas: Su producción es una de las más contaminantes, ya que muchas son importadas de su país de origen, y crecen en invernaderos calentados con gas natural, liberando miles de kilogramos de CO2
El amor y los regalos
La tradición de celebrar el 14 de febrero nació en la Antigua Grecia, donde se dedicaba un día a Cupido. Se llevaban ofrendas a este dios del amor, para honrar su presencia y compartir sus regalos. Sin embargo, hemos perdido la noción de llevar esta festividad de la mano de gestos románticos y ha de la cantidad de dinero que las personas invierten en nosotros, materializada en un osito de peluche, flores cortadas u otros objetos materiales.
Y esta costumbre se ha vuelto una consecuencia tóxica para el medio ambiente. La vemos, la aplicamos, la repetimos y lo hemos seguido haciendo durante años, sin pensar en el impacto que este comportamiento tiene en nuestro entorno.
Existen muchas alternativas para demostrar amor durante esta festividad que no implican generar una cantidad absurda de residuos que tardarán años en descomponerse. Podemos recurrir a otras opciones como hacer cartas o tarjetas a mano con componentes que encontremos en casa, regalar plantas o flores en macetas (que no sean materia muerta), y regalar dulces o postres hechos en casa en lugar de comprar dulces con ingredientes y envolturas que le hacen daño al planeta.
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