Este año ha sido testigo de algunos de los peores desastres naturales de la historia: desde huracanes hasta inundaciones pasando por las afectaciones causadas por olas de calor, sequías e incendios forestales. La tendencia en el cambio climático indica que muchos de estos fenómenos serán cada vez más comunes, especialmente después de que 2023 fue el año con las temperaturas más altas registradas en la historia.
Las consecuencias financieras
Sin duda alguna los daños más grandes que dejan estos fenómenos son las pérdidas humanas y los daños irreversibles al medio ambiente. Sin embargo, en un mundo que gira alrededor del dinero, las pérdidas monetarias a causa de estos fenómenos son también una preocupación para inversionistas y dueños de negocios. Debido al aumento de los eventos meteorológicos extremos, las empresas están buscando maneras de proteger sus ingresos al intentar anticipar los daños del futuro.
De manera que, para responder a esta incertidumbre, se crearon los llamados derivados climáticos. Un derivado climático es un instrumento financiero utilizado por empresas o individuos para protegerse contra el riesgo de pérdidas relacionadas con el clima. El vendedor de un derivado meteorológico acepta asumir el riesgo de desastres a cambio de una prima.
El clima extremo ha sido una constante este año, provocando inundaciones e incendios forestales devastadores en todo el mundo. Los derivados climáticos permiten a los compradores protegerse contra el riesgo de que el clima dañe su negocio. A diferencia de los seguros, donde las empresas deben demostrar que han sufrido una pérdida, pagan según índices. Estos podrían rastrear la temperatura en París o la lluvia en Nueva York.
Entendiendo los derivados climáticos
Un ejemplo de una transacción de un derivado climático sería: una empresa de energía compraría un contrato indexado por temperatura para protegerse contra el riesgo de que el clima sea cálido durante la temporada de calefacción de invierno, lo que les obligaría a vender menos gas natural. Si el calor está por encima del promedio durante este período, el valor del contrato aumentará y generará un pago al momento de la liquidación.
Los derivados climáticos son instrumentos financieros que se utilizan para protegerse contra pérdidas financieras relacionadas con condiciones climáticas adversas, como sequías, huracanes y tormentas tropicales. Los derivados climáticos, funcionan de manera similar a los seguros. El comprador de un derivado climático recibirá una compensación monetaria (según lo estipulado en el contrato) por parte del vendedor del derivado en caso de que ocurra un determinado evento relacionado con el clima o si el comprador sufre alguna pérdida financiera debido a un evento climático.
Las empresas cuyo negocio depende del clima, como las hidroeléctricas o las que organizan eventos deportivos, podrían utilizar derivados meteorológicos como parte de una estrategia de gestión de riesgos. Al mismo tiempo, los agricultores pueden utilizar derivados climáticos para protegerse contra una mala cosecha causada por irregularidades en la lluvia, cambios repentinos de temperatura o vientos destructivos.
Una inversión segura para un futuro incierto
Se estima que casi un tercio del PIB mundial se ve afectado por el clima. Lamentablemente el panorama climático es cada vez más incierto, por lo que los derivados climáticos se perfilan cada vez más como una inversión conveniente.
Cabe mencionar que estos instrumentos son similares a los seguros pero al mismo tiempo se distinguen de ellos. El seguro cubre eventos climáticos catastróficos de baja probabilidad, como huracanes, terremotos y tornados. Por otro lado, los derivados cubren eventos de mayor probabilidad, como un verano más seco de lo esperado.
Un ejemplo de esto es que los seguros no protegen contra la reducción de la demanda resultante de un verano más húmedo que el promedio, mientras que los derivados climáticos pueden hacerlo. Dado que los derivados climáticos y los seguros cubren dos posibilidades diferentes, una empresa podría tener interés en comprar ambos.
A diferencia de los seguros, los compradores de derivados climáticos no necesitan demostrar una pérdida a causa de estos eventos, debido a que el contrato está indexado. Para cobrar el seguro, por el contrario, es necesario demostrar el daño.
Cuesta trabajo creer que la misma industria capitalista que es responsable en buena parte por las consecuencias del cambio climático es la misma que ha encontrado una manera de beneficiarse de la incertidumbre que ha ocasionado. Sin embargo, es bueno saber que por lo menos existe una manera de compensar a los pequeños empresarios y/o agricultores s por las pérdidas que podrían hacerlos entrar en deudas severas.
Photo credit: Freepik
Perfil del Autor
- Constanza García Gentil
Ultimas notas
Medio Ambiente1 diciembre 2023Produciendo aguacate a cuestas de la tierra
Noticias24 noviembre 2023El desastroso derrame en el Golfo de México
Naturaleza21 noviembre 2023Los pandas de la diplomacia
Cambio climático17 noviembre 2023¿Cómo nos afecta el racismo ambiental?