Después de varias semanas escuchando sobre la crisis del agua en la CDMX en diferentes medios de comunicación, el Jefe de Gobierno, Martí Batres declaró en una conferencia de prensa que la CDMX no tiene una crisis en relación al abasto de agua y que, en sus palabras, «No hay ninguna situación de emergencia; los que tienen una situación de emergencia son los de la oposición conservadora, ellos traen una emergencia porque va avanzando el tiempo, y no es que no les caiga agua, es que no les caen votos».
El resultado de la escasez de agua, y el acercamiento al llamado Día Cero (momento en el que el suministro de agua deberá ser drásticamente racionado debido a la escasez en el recurso) proviene de varias administraciones (y no únicamente la actual) que han desdeñado el tema del agua a nivel local y federal.
Viene de una continua falta de inversión en infraestructura y tecnología en el sector del agua, de un constante descuido en temas de fugas, de suministros desproporcionados para industrias como la refresquera, y un bajo nivel de urgencia a nivel nacional sobre la situación del agua. Al mismo tiempo viene de una falta de interés y educación en la captación del agua.
Según la CONAGUA, los niveles del Sistema Cutzamala actualmente están en su nivel más bajo en 27 años (aproximadamente al 38% de su capacidad) y es este sistema que se encarga de abastecer de agua a una cuarta parte del Valle de México, específicamente a las siguientes demarcaciones:
Al mismo tiempo, es imposible ignorar que el cambio climático ha afectado severamente los niveles de precipitación en el Valle de México, lo cual inevitablemente ha impactado la captación y reservas de agua a nivel local. Es evidente que esta es una de las razones de la crisis del agua que han estado menos bajo nuestro control, sin embargo ha sido una de la que científicos y medios de comunicación han advertido desde hace varios años.
Si no podemos controlarla, podemos por lo menos intentar prepararnos para cuando llegue. Y es en eso lo que las autoridades mexicanas han fallado.
Las declaraciones de Martí Batres, además de ser a todas luces falsas (incluso según los datos provistos por la administración de las que hace parte) son peligrosas, pues cuando una fuente de autoridad minimiza una crisis que requiere de seria participación social para ser abordada, las consecuencias pueden ser graves.
La manera irresponsable e imprudente en la que este funcionario se expresa sobre el escaso nivel de agua en el Valle de México pone en riesgo el patrimonio que nos pertenece a todos. Y a pesar de que la crisis que vivimos en la actualidad es resultado de años de malos cuidados, esta administración se ha distinguido por su falta de interés y cuidados con el medio ambiente y los recursos naturales a nivel federal. Por lo que estas declaraciones por parte de un funcionario público con un cargo importante son irresponsables, sin embargo tienen todo el sentido en la política ambiental paupérrima que este gobierno ha tenido.
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