A su regreso de Dubái, donde participó en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático COP-28, el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Manuel Villalobos Arámbula, señaló que México pondrá en marcha un plan piloto para impulsar la producción sustentable de alimentos.
Y para lograr lo anterior, la Sader pretende expandir la cobertura del sistema digital de monitoreo y evaluación el uso de agua y fertilizante, que se implementó este año en el Distrito de Riego 020, de Michoacán, que actualmente funciona en 30,000 hectáreas de 4,000 productores y para 2024, se implementará en Sinaloa y otras entidades.
El objetivo es dar un salto tecnológico con tecnologías de la información, para mejorar el aprovechamiento del agua, así como el adecuado uso de fertilizantes, a través del monitoreo y análisis de suelos, dijo.
Se trata de herramientas para la transformación de las formas de producción hacia esquemas más sustentables y brindan, además, información en tiempo real, que contribuye a tomar decisiones basadas en las evidencias.
Por otra parte, el funcionario expuso que en su participación en la COP-28 celebrada en Emiratos Árabes Unidos refirió que el tema de la agricultura tuvo un espacio relevante de discusión en esa cumbre mundial, se concluyó que si bien contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero que generan el calentamiento global y el cambio climático, también es parte de la solución.
Ventajas y desventajas de la agricultura
Villalobos Arámbula subrayó que la agricultura es una de las pocas alternativas para la mitigación del cambio climático, pues ofrece opciones para el secuestro de carbono, que es el principal gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático.
Las plantas y organismos fotosintéticos tienen un papel importante en el ciclo del carbono, ya que utilizan el dióxido de carbono de la atmósfera, agua y energía, para obtener oxígeno y materia orgánica. Parte del carbono que absorben las plantas se captura y almacena en los suelos.
Por otro lado, el secretario reconoció la necesidad de reducir el consumo de agua en el sector agrícola, el cual ocupa alrededor de 75% del volumen que se abastece a todo el país. El principal objetivo es reducir el desperdicio, que ronda el 40%.
Refiere que México es el sexto país con más superficie irrigada en el mundo, con alrededor de 6.6 millones de hectáreas; por ello recalcó que la solución es mejorar la infraestructura hidráulica del sector y la tecnología.
Con información de El Economista
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