¿Promesas vacías en Davos?

¿Promesas vacías en Davos?

A pesar de que son el lugar ideal para proponer soluciones, las cumbres internacionales parecen constantemente quedarle debiendo a la discusión sobre la crisis climática. A pesar de los llamados de urgencia, las promesas y los discursos, las acciones aparentemente continúan quedando fuera. La cumbre del Foro Económico Mundial de Davos parece encaminarse por el mismo rumbo.

 

Y es que a diferencia de las COP (que son especializadas en temas de medio ambiente), el Foro de Davos promueve el capitalismo de libre mercado, el libre comercio y el crecimiento económico: valores que muchos científicos, economistas e incluso algunos políticos creen que están fundamentalmente en desacuerdo con la preservación de un planeta habitable.


Sin embargo, no hay nada más esencial que centrarnos en los aspectos económicos que requiere hacer los cambios necesarios para que nuestra especie pueda seguir viviendo en este planeta. Si no centramos las discusiones del medio ambiente en términos económicos para poder pagar por los cambios urgentes, literalmente no habrá un planeta en dónde seguir haciendo dinero.

 

¿Dónde están los cambios?

Mientras los expertos intentan resolver el mundo, las emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles, que son la principal causa de la crisis climática, han seguido aumentando constantemente. El año pasado fue el más caluroso de la historia registrada. También fue el primer año en el que las temperaturas globales promediaron más de 1,5 grados Celsius más cálidas que en los tiempos preindustriales. Y ahora, muchas de las corporaciones que hicieron grandes promesas climáticas están dando marcha atrás en sus compromisos.

 

Por si fuera poco, en este panorama complicado, Trump tomó posesión y retiró a Estados Unidos del acuerdo climático de París. En un discurso transmitido en vivo a la conferencia del Foro Económico el jueves, Trump calificó el Acuerdo de París de “unilateral”, atacó los programas climáticos de Biden llamándolos “ridículos y derrochadores”  y promovió sin complejos los combustibles fósiles. “Estados Unidos tiene la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país del mundo y vamos a utilizarlo”, declaró en el primer día de su presidencia.

 

La seriedad del problema

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres formó parte de uno de los foros y apuntó al tema de la reunión de este año, Colaboración para la Era Inteligente, y sostuvo que ha habido pocas pruebas de colaboración o inteligencia y al mismo tiempo muchas pruebas de que muchos de los problemas del mundo están empeorando, desde los conflictos hasta la desigualdad y los ataques a los derechos humanos.

 

La guerra nuclear ya no es la única amenaza existencial para la humanidad, dijo, señalando la crisis climática y la “expansión sin control” de la inteligencia artificial (IA).

 

Comparando la adicción a los combustibles fósiles con el monstruo de Frankenstein –“que no perdona a nada ni a nadie”–, el Secretario General señaló la ironía de que 13 de los mayores puertos del mundo para superpetroleros se verán abrumados por el aumento del nivel del mar, consecuencia del aumento de las temperaturas y el derretimiento del hielo marino, causados ​​abrumadoramente por la quema de carbón, petróleo crudo y gas natural.


Amazon, Microsoft y otras empresas que han establecido objetivos climáticos ambiciosos están promocionando este año la inteligencia artificial, una tecnología que las está obligando a dar marcha atrás en sus objetivos de reducción de emisiones y a consumir enormes cantidades de electricidad, gran parte de ella generada con combustibles fósiles.

 

Entonces, dado todo esto, ¿qué debemos hacer con las promesas en Davos sobre la acción global para frenar el cambio climático?

“Te hace preguntarte: ‘¿Es todo esto una farsa?’”, dijo Fatou Jeng, asesora climática del Secretario General de las Naciones Unidas. “La hipocresía ha durado mucho tiempo, y ya es suficiente”.

 

El cambio climático inducido por el hombre ha alimentado desastres que han causado más de 3,6 mil millones de dólares en daños desde el año 2000, según un informe del Foro.

Las empresas que no se adapten a estos riesgos climáticos físicos podrían perder hasta el 7% de sus ganancias anuales para 2035.

 

Los líderes están tomando conciencia de la magnitud de este problema. Si no es por que se convencen de la seriedad y peligro de la crisis climática, que por lo menos lo hagan pensando en sus respectivos presupuestos. Si no hay dinero para financiar la lucha contra la crisis climática, es un hecho que no habrá lucha y sólo habrá crisis climática.

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