¿Qué son los ecosistemas emergentes?

Nuestros ecosistemas existen en un delicado balance que, por la poca familiarización que tenemos con ellos, no logramos dimensionar. La flora y fauna que encontramos en la tundra no es la misma que encontramos en un bosque tropical, y si intentáramos mezclarlos esto sería sumamente negativo para las especies que en ellos habitan

E incluso cuando los ecosistemas sean similares, el hecho de que existan en diferentes puntos del planeta ya los hace lo suficientemente diferentes como para evitar mezclar sus especies. Sin embargo, algo así ha sucedido en Oahu, Hawaii.

Corey Tarwater, ecologista de la Universidad de Wyoming en EE. UU., que comenzó a investigar los ecosistemas de Oahu en 2014, ha dicho que hoy en día en la capital de Hawaii, Honolulu, lo que escasean son las plantas nativas. Oahu es una isla que forma parte del archipiélago de Hawái y abarca la capital estatal, Honolulu.

 

La falta de plantas nativas

Los bosques de las tierras bajas de Oahu están ahora casi completamente desprovistos de las plantas y animales que crecieron en ese territorio durante millones de años antes de la llegada de los humanos. Los colonos provocaron la extinción de especies al talar árboles para construir granjas e introducir depredadores voraces y animales portadores de enfermedades. Hoy en día, estos bosques tropicales son un tapiz de especies no endémicas traídas de todos los rincones del planeta: el pimentero brasileño, la canela de Indonesia y la zarzamora rosa del Himalaya y Australia. La mayoría de los animales y muchas aves también son foráneos.

La mayoría de estas especies exóticas llegaron en el último siglo o dos y se reunieron de forma más o menos aleatoria: algunas son mascotas escapadas, otras reliquias de granjas abandonadas. Sin embargo, a diferencia de los entornos urbanos, los bosques de Oahu muestran signos de estructura y organización.

Las aves que solo han convivido durante el último siglo han asumido funciones especializadas, como la distribución de semillas de plantas nativas, funciones que antes desempeñaban aves ahora extintas. En un estudio de 2019, Tarwater y Jef Vizentin-Bugoni analizaron los patrones de alimentación de las aves y la dispersión de semillas en la isla para compararlos con un ecosistema nativo estructurado y estable que había evolucionado conjuntamente durante milenios.

Algo similar ha sucedido con el aceite de palma y su creciente demanda para decenas de productos. En la década de 1960, la palma aceitera se cultivaba principalmente en África, pero desde entonces la producción se ha trasladado al sudeste asiático: según las estadísticas de la FAO, Indonesia (42 % de la producción mundial) y Malasia (36 %) son los principales productores, seguidos de Tailandia (5,6 %), Nigeria (2,9 %), Colombia (2,2 %) y Ecuador (1 %).

 

Ecosistemas artificiales

Durante las últimas décadas, los ecólogos han documentado la aparición de ecosistemas «emergentes» o «novedosos» como el de Oahu. En términos generales, los ecosistemas novedosos pueden definirse como “ecosistemas autónomos y silvestres que se desvían de sus valores base naturales debido a las actividades humanas”, explica el ecólogo Jens-Christian Svenning, profesor de la Universidad de Aarhus.

Los ecosistemas novedosos (emerging ecosystems en inglés) pueden contener combinaciones de especies nunca antes vistas en la historia: algunas especies nativas conviven con otras introducidas por el ser humano más allá de sus áreas de distribución históricamente registradas o desplazadas a nuevas ubicaciones por el cambio climático.

Los seres humanos también pueden alterar el propio medio ambiente, creando nuevos hábitats al remodelar el paisaje o alterar la química ambiental. Por ejemplo, a lo largo de la costa de los Países Bajos, la ecóloga marina Laura Govers ha documentado cómo un sistema de defensas costeras, como presas y diques, construido a mediados del siglo XX, ha creado una serie de lagos salados donde han prosperado especies exóticas.

Durante la última década, los científicos han estudiado Oahu como una «increíble bola de cristal» que ofrece una visión del futuro de nuestro planeta. En Brasil, las selvas tropicales taladas para la agricultura se han convertido posteriormente en llanuras aluviales de agua dulce, conocidas como várzeas, que albergan una nueva mezcla de especies. De igual manera, las canteras abandonadas pueden llenarse de agua y convertirse en profundos lagos, e incluso las minas se han convertido en valiosos hábitats.

Por otro lado, una antigua mina de petróleo de esquisto entre las ciudades escocesas de Edimburgo y Glasgow dejó una montaña de piedra. Durante al menos un siglo, montones de piedra formaron un ecosistema novedoso mediante procesos de ensamblaje natural, añade Higgs. Actualmente, es un área especialmente protegida que alberga plantas raras como la orquídea púrpura temprana y las diminutas flores blancas de la perla nudosa.

A diferencia de los zoológicos y jardines botánicos, que también contienen colecciones de plantas y animales de alcance mundial, los ecosistemas novedosos como los de Oahu no dependen de la continua plantación y mantenimiento por parte de los humanos. Ahora existen como sistemas autosuficientes, que son ecosistemas silvestres, pero modificados. Esto quiere decir que han superado un umbral crítico, lo que significa que es improbable que vuelvan a ser como antes. Incluso si se eliminara a toda la gente del planeta, Hawaii seguiría una trayectoria ecológica evolutiva diferente en el futuro.

En un libro de 2013 sobre ecosistemas novedosos, los investigadores argumentaron que entre el 30 % y el 40 % de los ecosistemas terrestres del mundo ya se han transformado en nuevos estados. Un estudio proyectó que la mitad de la tierra del planeta sería novedosa para el año 2100.

Es por eso que, más allá de controlar nuestro daño e intervención en los ecosistemas, es urgente estudiarlos como lo que son hoy para entender mejor su comportamiento, resistencia a plagas y cómo poder adaptarnos a las nuevas características de los lugares donde vivimos. Aparentemente, ya no hay vuelta atrás.

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Publicado por
Constanza García Gentil

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