Es difícil de creer que a estas alturas países desarrollados cuestionen el efecto de los gases invernadero. Sin embargo, es lo que está pasando actualmente.
La Agencia para la Protección Ambiental de EE.UU. ha propuesto una reforma de la regulación sobre emisiones de vehículos con el objeto de “revocar la Declaración de Peligro de la era Obama” y, con ellos, ahorrar estadounidenses 54,000 millones de dólares anuales.
El comunicado de la agencia que lidera Lee Zeldin sostiene que la llamada Declaración de Peligro sostiene que “el pueblo estadounidense y la industria automotriz han sufrido incertidumbres significativas y costos masivos relacionados con las regulaciones generales sobre gases de efecto invernadero de vehículos y camiones”.
La “ciencia del sentido común”
El congresista Mark Messmer, presente en el acto de presentación de la propuesta —que tuvo lugar en un concesionario de coches de Indiana, EE.UU.— sostuvo que la normativa es “una herramienta demócrata para emitir regulaciones onerosas que ignoran la ciencia del sentido común en favor de agendas radicales”.
La EPA sostiene que fue Obama quien impuso a la agencia la regulación de los gases de efecto invernadero argumentando que “las emisiones de dióxido de carbono procedentes de los automóviles —en combinación con otros cinco gases, algunos de los cuales los vehículos ni siquiera emiten— contribuyen en una cantidad no especificada al cambio climático, lo que a su vez genera un nivel no especificado de riesgo para la salud y el bienestar humanos”. La EPA ignora así la evidencia científica sobre el riesgo para la salud y el clima del uso de los combustibles fósiles.
La EPA, concluye el comunicado “reafirma su misión ambiental, pero promete liberar la energía estadounidense, reducir costos, revitalizar la industria automotriz y devolver poder a los estados”.
Ignorancia proposital
La crisis climática no debería de ser una especie de creencia con la que solo algunas personas se identifican, sino un consenso al que debemos llegar, literalmente, por nuestra propia supervivencia. A estas alturas no dudas y sí hay pruebas; y lo que es peor, cada vez hay menos tiempo para asegurar nuestra supervivencia y la estamos perdiendo de formas realmente absurdas, como ésta. Especialmente considerando que Estados Unidos es el país que más emisiones genera en todo el mundo.
Si bien el clima de la Tierra ha cambiado a lo largo de su historia, el calentamiento actual se produce a un ritmo sin precedentes en los últimos 10,000 años. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), «desde que comenzaron las evaluaciones científicas sistemáticas en la década de 1970, la influencia de la actividad humana en el calentamiento del sistema climático ha evolucionado de teoría a hecho comprobado».
La información científica obtenida de fuentes naturales (como núcleos de hielo, rocas y anillos de los árboles) y de equipos modernos (como satélites e instrumentos) muestra indicios de un clima cambiante.Desde el aumento de la temperatura global hasta el derretimiento de las capas de hielo, abundan las pruebas del calentamiento del planeta.
La tendencia actual al calentamiento es diferente porque es claramente el resultado de las actividades humanas desde mediados del siglo XIX y avanza a un ritmo nunca antes visto. Es innegable que las actividades humanas han producido los gases atmosféricos que han atrapado una mayor cantidad de energía solar en el sistema terrestre. Esta energía adicional ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra, y se han producido cambios generalizados y rápidos en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera.
A estas alturas, el proponer políticas no solo inútiles sino crueles e irresponsables son una muestra no solo de ignorancia (porque a estas alturas es muy difícil no saber los efectos de los gases invernadero) sino de necedad pura. No hay ninguna explicación además del cinismo y falta de consideración con la vida en la Tierra.
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