El comportamiento de una manada de elefantes africanos en el Zoológico Safari Park de San Diego se ha convertido en una de las imágenes más icónicas del sismo de magnitud 5.2 registrado en California, Estados Unidos, este lunes 14 de abril, publicó WIRED.
Ante el movimiento de la tierra, un grupo de tres paquidermos adultos se apresuró a formar lo que se conoce como el ‘círculo de alerta’, una formación en la que los ejemplares mayores buscan proteger a las crías frente a cualquier amenaza, incluso si esta es desconocida.
El singular momento fue documentado en un video captado por las cámaras del parque de conservación animal. En este se observa cómo, al percibir el temblor, Ndlula, Umngani y Khos, elefantes adultos, se aproximan a las crías Zuli y Mkhaya para rodearlas y resguardarlas ante un posible peligro.
Las imágenes, que han dado la vuelta al mundo, reflejan la inteligencia, sociabilidad y empatía emocional de estos animales. Mindy Albright, curadora de mamíferos en el Safari Park, declaró a diversos medios que “fue realmente fascinante verlos reunirse en grupo para proteger a los más jóvenes, e inspeccionar su entorno para evitar el peligro”.
La especialista recordó que los elefantes poseen un sistema auditivo peculiar y avanzado: pueden percibir vibraciones sonoras a través de las patas. Cuando detectan una amenaza mediante este mecanismo, suelen agruparse en un ‘círculo de alerta’, con las crías en el centro y los adultos orientados hacia el exterior para defender al grupo.
Albright destacó especialmente la actitud de Zuli, la cría macho. Mientras que la hembra Mkhaya se replegó al centro del círculo como se esperaba, Zuli permaneció en el borde, mostrando valentía e independencia, cualidades que anticipan el rol que asumirá dentro de la manada en su adultez.
“Zuli todavía es muy joven y es tratado como tal. No obstante, su función cambiará en los próximos años, cuando se convierta en un macho adulto y se una a un grupo encargado de proteger al resto”, explicó Albright.
Los ejemplares machos más experimentados suelen ser quienes deciden si el grupo debe huir, investigar los riesgos o continuar con sus actividades habituales.
“En lugar de quedarse en el centro de ese círculo protector, [Zuli] se ubicó afuera como uno de los guardianes. Ver esa evolución de su responsabilidad social dentro del grupo es realmente interesante”, agregó la experta.
La formación del ‘círculo de alerta’ evidencia los complejos mecanismos de comunicación que utilizan estos animales. Los elefantes se comunican mediante sonidos infrasónicos, frecuencias tan bajas que resultan inaudibles para los humanos. Estas emisiones son capaces de propagarse a largas distancias, sirviendo como un sistema de advertencia temprana.
Aún más revelador resulta comprobar que estos sistemas de comunicación guardan ciertas similitudes con los del ser humano. El año pasado, un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution reveló que los elefantes emiten sonidos peculiares para llamar a cada integrante de la manada.
Este hallazgo sugiere que los paquidermos podrían utilizar códigos vocales con una función análoga a los nombres propios en el lenguaje humano.
Michael Pardo, ecólogo de la Universidad de Colorado y autor principal de la investigación, explicó que “para dirigirse unos a otros de esta manera, los elefantes deben aprender a asociar sonidos particulares con individuos específicos y luego emplearlos para captar su atención. Esto requiere una notable capacidad de aprendizaje y una comprensión profunda de las relaciones sociales”.
El estudio dirigido por Pardo sugiere que la cognición de los elefantes es más sofisticada de lo que se creía. El uso de etiquetas vocales para identificar a un individuo es raro en el reino animal, aunque no único. Se ha comprobado que los delfines mulares y ciertas especies de loros utilizan mecanismos similares, aunque basados en la imitación: el emisor reproduce la “voz” del receptor para captar su atención. En los elefantes, sin embargo, este proceso no ocurre de la misma manera.
“La naturaleza arbitraria de las llamadas de los elefantes nos da una pista sobre sus habilidades cognitivas. La capacidad de asociar un sonido con un individuo, y que otros miembros del grupo reconozcan esa ‘etiqueta’, sugiere que estos animales pueden llegar a pensar de forma abstracta, posiblemente simbólica”, indica George Wittemyer, profesor en la misma universidad y coautor del estudio.
Estas capacidades sociales y emocionales ya habían sido destacadas por José Emilio Burucúa en su ensayo Historia natural y mítica de los elefantes. En ese texto, el autor recuerda que Plinio, el mayor naturalista de la antigüedad, aumentó la simpatía hacia los paquidermos al afirmar, en el libro VIII de su Historia Natural, que estos animales poseen numerosos rasgos que los acercan a la humanidad, tanto en lo emocional como en lo intelectual.
Con información de WIRED
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