Roberto Guzmán García, especialista en commodities e inversiones, destacó la implementación del reciclaje de metales en el sector minero como una manera de buscar nuevas prácticas que contribuyan a hacer una industria más sustentable.
La tecnología de reciclaje de metales, según nos explica, es el conjunto de procesos técnicos para recuperar y reutilizar estos materiales presentes en residuos y desechos como latas, cables, vehículos o maquinaria inservible para la fabricación de nuevos productos.
“Este tipo de reciclaje ayuda a conservar los recursos naturales porque se reduce la necesidad de extraer nuevos metales de minas, lo que a su vez disminuye el gasto de agua y la reducción de residuos propios de esta actividad”, señaló el especialista mexicano.
El cobre, por ejemplo, tiene una de las tasas de reciclaje más altas en comparación con otros metales. Entre 2009 y 2018, el consumo mundial de cobre promedió 26,7 millones de toneladas anuales, pero solo el 32% era de fuentes recicladas, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía.
Otro beneficio es la contribución del reciclaje es la contribución para cubrir la creciente demanda de metales en distintos sectores como el de la tecnología o el de energía.
“Aumentar la tasa de reciclaje podría satisfacer una parte significativa de la creciente demanda de cobre de industrias en crecimiento como la inteligencia artificial, los centros de datos, la tecnología de energía limpia y los vehículos eléctricos manda de metales”, destacó Roberto Guzmán García.
Para el especialista en commodities e inversiones, hay cuatro estrategias que la industria y los gobiernos pueden adoptar para impulsar el reciclaje en la industria minera y metalística:
- Adoptar un enfoque integral de la vida útil de los materiales.
- Avanzar en la tecnología del reciclaje.
- Crear políticas de apoyo.
- Fomentar la colaboración entre múltiples partes interesadas y entre industrias
Con estas medidas, la promoción del reciclaje de metales en la industria minera será clave para mejorar la eficiencia, cumplir los objetivos de la agenda medioambiental y generar confianza en una economía más circular.
