El comercio electrónico mundial ha crecido de manera exponencial durante la última década. La pandemia de COVID-19 terminó por acelerar aún más al sector, provocando cambios en el comportamiento de los consumidores y generando récords insólitos en las ventas. Parece que a pesar de la crisis económica que se ha vivido desde entonces, esto sólo terminó por atizar aún más nuestra sed de consumo.
Grandes empresas como Amazon, Alibaba y Shein han monopolizado las compras en línea y han aumentado las expectativas de los consumidores. Hoy en día es común esperar que la mercancía sea entregada el mismo día y que tenga devoluciones sin costo.
La digitalización y las innovaciones tecnológicas han permitido a la industria hacer lo que se creía imposible hace apenas unas décadas. Sin embargo, esta revolución ha generado un impacto negativo en el medio ambiente a través del exceso de emisiones, el aumento de desechos y el crecimiento en la capacidad de consumo en general debido a la facilidad e inmediatez.
El impacto ambiental del comercio electrónico
En 2021, Amazon generó 71.54 mil millones de kilogramos métricos de dióxido de carbono. Esa es la cantidad que 180 centrales eléctricas alimentadas con gas podrían bombear en un año. Aunado a esto, el “compromiso climático” en el que la compañía opera les permite generar una contabilidad de carbono engañosa, y no incluye las emisiones provenientes de la fabricación de muchos de los productos que vende.
El comercio electrónico también fue investigado por destruir millones de productos no utilizados o devueltos. Cualquier energía, agua y materiales utilizados para producir y transportar todo eso termina como desperdicio.
Amazon es un gigante del comercio electrónico con una clientela que prácticamente ningún otro comercio lograría tener. Sin embargo, las prácticas que la compañía ha hecho comunes aumentan las expectativas de los consumidores en aspectos que terminan por incitar a los demás comercios a aumentar su impacto ambiental solo para poder competir.
Hay tres diferenciadores clave que los consumidores buscan cuando compran en línea: precio, velocidad y conveniencia. Amazon ha encontrado la fórmula perfecta para satisfacer a los tres, haciendo creer a sus clientes que el envío gratuito y rápido es algo que deberían tener, obligando así a los minoristas más pequeños a adoptar la misma estrategia para mantenerse al día con los competidores gigantes. (Y esto sin mencionar la presión que esto genera en los transportistas).
Esto genera una mayor cantidad de residuos a través de los empaques, mayor cantidad de emisiones debido a la urgencia de las entregas y, en muchos casos, mayor consumo debido a la facilidad que el consumidor obtiene en la garantía de una entrega rápida.
Desechos del comercio
El cartón, el plástico de burbujas y los rellenos de espuma de poliestireno son materiales de embalaje comunes de un solo uso. Los vendedores suelen utilizarlos en exceso para reducir el riesgo de daños durante el transporte y la entrega.
Los envases de plástico multicapa y multimaterial se han vuelto rápidamente populares por su durabilidad. Sin embargo, son considerablemente difíciles de reciclar. Un estudio de 2022 dijo que, de seguir el curso actual de desechos, no habría soluciones convencionales para reciclar contenedores de plástico multicapa en los próximos cinco a diez años.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, los contenedores y embalajes representaron más de 80 mil millones de kilogramos de desechos sólidos urbanos en los EE. UU. en 2018, y el comercio electrónico fue un contribuyente importante. La Fundación Ellen MacArthur realizó un estudio que determinó que de los 86 mil millones de kilogramos de envases de plástico que se producen en todo el mundo cada año, ni siquiera el 14%.
Iniciativas de cambio
En 2021, la Ciudad de México generó 86 millones de toneladas de basura plástica del comercio electrónico, equivalente a 29 camiones de basura al día, y gastó 53.4 millones de pesos en su gestión. Es por eso que en febrero de este año la sede mexicana de la ONG Oceana, dedicada a proteger y restaurar los mares con campañas basadas en ciencia, propuso una iniciativa ante el Congreso de la CDMX para eliminar los plásticos de los envíos hechos a través del comercio electrónico.
El proyecto establece que las empresas que realizan comercio electrónico “deberán abstenerse de utilizar materiales fabricados total o parcialmente de plástico en el embalaje de los productos que comercializan y envían a domicilio, excepto si son compostables”.
Al día de hoy, la iniciativa no se ha legislado y la organización está recolectando firmas para generar mayor presión a la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica para aprobar la iniciativa de ley.
75 días sin que se apruebe la iniciativa #EnvíosSinPlásticos.
La Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica, y su presidenta @tanialariosmx, se niegan a proteger los océanos de la basura plástica que se vierten al mar cada día. pic.twitter.com/4tgcNu1dXK
— Oceana en México (@OceanaMexico) May 8, 2024
Soluciones a pequeña escala
Debido a que los consumidores somos una fuerza importante detrás de la generación excesiva de desechos, existen varias iniciativas que podemos tomar para poder consumir de manera más responsable dentro de las plataformas digitales:
- Comprar con anticipación es clave: El elegir métodos de entrega más lentos siempre que sea posible ayuda a los minoristas a maximizar la eficiencia en la consolidación de pedidos
- Evitar entregas fallidas y viajes adicionales: Si no estás seguro de estar en casa a la hora de la entrega, puedes enviar tu paquete a la oficina de correos o centro de recepción más cercano
- Comprar más de una unidad: Ordenar varias cosas al mismo tiempo ayuda a usar menos contenedores innecesarios.
- Apoyar a las empresas que compensan las emisiones del transporte marítimo invirtiendo en proyectos medioambientales o neutros en carbono.
- Reducir la distancia que recorren los artículos: Es importante preferir las empresas locales y los productos de origen local.
- Apoyar a las empresas que utilizan un embalaje mínimo y/o utilizan materiales de embalaje ecológicos
- Reducir la frecuencia en la que realizamos pedidos: Podemos comprar productos que sean más convenientes en línea al por mayor, así evitamos generar más residuos
- Reutilizar, recuperar o reciclar los envases siempre que sea posible.
El comercio en línea es sin duda una industria gigantesca que se vuelve cada vez más grande, pero es en nuestros hábitos, preferencias y principalmente nuestras exigencias en las que se basarán las prácticas que comiencen a incorporar. No le restemos valor al poder de dónde y cómo alocamos nuestro dinero y nuestra capacidad de decidir a quién dárselo.
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