Ha sido uno de los veranos más calurosos jamás registrados en gran parte de Estados Unidos y del planeta, que la semana pasada vivió el día más caluroso de la historia.
Sin embargo, los consumidores estadounidenses no sólo están sufriendo las consecuencias económicas del calor extremo de este verano en sus facturas de electricidad. Los compradores podrían pronto tener que pagar precios mucho más altos por las frutas y verduras, ya que los agricultores soportan costos de cultivo más elevados a causa del calor, lo que supone una inversión de la tendencia observada el año pasado, cuando el costo de la fruta y la verdura bajó un 1%, según los datos del Índice de Precios al Consumo de junio.
Tom Avinelis, propietario de granjas orgánicas que cultivan arándanos y cítricos en Fresno, California y el valle de Willamett, Oregon, afirmó que las olas de calor del mes de julio han provocado que se marchite más fruta de lo habitual, lo que se traduce en menos productos cosechables.
En lo que queda del verano, no es probable que los precios de frutas de temporada como los arándanos suban mucho, ya que los contratos con distribuidores y minoristas suelen cerrarse con anticipación.
Avinelis explica: «Pero a medida que aumenten los episodios de calor, la producción se verá afectada y cambiará la dinámica de la oferta y la demanda». Por eso, en los próximos años, los precios que paguen los consumidores serán más altos, para que reflejen mejor los gastos en que incurren agricultores como él para adaptarse a un calor más extremo, como la instalación de sistemas de riego mejorados.
Sin embargo, a pesar de estas mejoras, continúa estando en desventaja frente a los agricultores que siguen procesos no orgánicos que pueden utilizar el equivalente vegetal del protector solar en los cítricos para protegerlos del calor.
Midiendo el efecto del calor en la producción
Incluso el maíz, uno de los cultivos más comunes y abundantes en EE.UU. está sufriendo grandes pérdidas por el calor.
Un estudio de 2021 publicado por el think tank Atlantic Council descubrió que los productores de maíz en EE.UU. están perdiendo US$ 720 millones en ingresos anuales debido al efecto del calor en el rendimiento de los cultivos, que aumentará a una previsión de US$ 1,700 millones anuales para 2030. El estudio también señaló que las consecuencias de esto podrían incluir el cierre de granjas y el aumento de los precios de los alimentos para el ganado
Investigadores de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá, y de la Universidad Mohamed bin Zayed de Inteligencia Artificial, en Abu Dhabi, calcularon que unas temperaturas tres grados por encima de las medias históricas tienen muchas posibilidades de reducir el rendimiento de las fresas hasta en un 40%. Su análisis, publicado recientemente, se basó en datos disponibles públicamente sobre los rendimientos de fresas en Santa María, California, de 2011 a 2019 y los promedios mensuales de temperatura allí desde 1991 hasta 2021.
Uno de los investigadores indicó que el proyecto se puso en marcha porque una cadena de supermercados de Canadá se puso en contacto con su equipo en busca de un software que les ayudara a predecir mejor los precios que pagarán por los productos que venden a los clientes.
Ponnambalam explicó que su equipo decidió centrarse en las fresas porque el supermercado le dijo que era el tipo de producto más difícil de prever, sobre todo para un importador. Mientras Ponnambalam y su equipo ayudaban a diseñar el software para ellos, sospecharon que existía una correlación entre la temperatura y el rendimiento de los cultivos, lo que motivó su análisis separado y más profundo.
Ponnambalam y sus coautores afirman que sus conclusiones pueden servir para «orientar a agricultores y responsables políticos en la aplicación de estrategias eficaces de adaptación al cambio climático en la producción de fresas y, potencialmente, en otros cultivos agrícolas de alto valor».
Es por eso que todos los problemas relacionados a la crisis climática terminarán teniendo efectos económicos que tendremos que saber mitigar (y costear) y que es esta una de las tantas razones por las cuales debemos aprender a ver la crisis climática como un problema urgente y colectivo.
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