Afectaciones en los animales por el cambio climático

Afectaciones en los animales por el cambio climático

Es probable que el cambio climático afecte muchas de las funciones principales de varias especies animales, y no necesariamente para bien, señala el biólogo y neurocientífico, Sean O’Donnell. 

Primero, señala que es necesario comprender cómo los animales se adaptan a las temperaturas extremas e identificar las fuerzas que dan forma a la estructura y función de los sistemas nerviosos de los animales, especialmente el cerebro. 

Deduce que “todas las funciones principales del sistema nervioso (detección de sentidos, procesamiento mental y dirección del comportamiento) son críticas.  

Expone que los cambios de temperatura modifican el equilibrio energético de los ecosistemas (desde las plantas que producen energía a partir de la luz solar hasta los animales que consumen plantas y otros animales), alterando posteriormente los mundos sensoriales que experimentan los animales. Es probable que el cambio climático desafíe todos sus sentidos, desde la vista y el gusto hasta el olfato y el tacto. 

Los cambios de temperatura, dijo, modifican el equilibrio energético de los ecosistemas (desde las plantas que producen energía a partir de la luz solar hasta los animales que consumen plantas y otros animales), alterando posteriormente los mundos sensoriales que experimentan los animales. Es probable que el cambio climático desafíe todos sus sentidos, desde la vista y el gusto hasta el olfato y el tacto. 

Asevera que los animales, como los mamíferos, perciben la temperatura en parte con proteínas receptoras especiales en sus sistemas nerviosos que responden al calor y al frío, discriminando entre temperaturas moderadas y extremas.  

Estas proteínas receptoras ayudan a los animales a buscar hábitats apropiados y pueden desempeñar un papel fundamental en la forma en que los animales responden a los cambios de temperatura. 

El cambio climático altera las señales ambientales de las que dependen los animales para resolver problemas como seleccionar un hábitat, encontrar comida y elegir pareja; y afecta las señales químicas que los animales utilizan para comunicarse entre sí o dañar a sus competidores puede ser especialmente compleja porque los compuestos químicos son muy sensibles a la temperatura. 

Agrega que el aumento de las temperaturas puede alterar el desarrollo y funcionamiento del cerebro de los animales, con efectos potencialmente negativos en su capacidad para adaptarse eficazmente a sus nuevos entornos. 

Enfatiza que los investigadores han documentado cómo las temperaturas extremas pueden alterar neuronas individuales a nivel genético y estructural, así como cómo se organiza el cerebro en su conjunto. 

En entornos marinos, los investigadores han descubierto que los cambios en la química del agua inducidos por el clima, como la acidificación de los océanos, pueden afectar el rendimiento cognitivo general y las capacidades sensoriales de los animales, como el seguimiento de olores en peces de arrecife y tiburones. 

Estos patrones sugieren que los nuevos regímenes climáticos eventualmente moldearán los sistemas nerviosos obligándolos a evolucionar, asevera. 

Expone que cuando la genética tiene fuertes efectos sobre el desarrollo del cerebro, los sistemas nerviosos que están finamente adaptados al entorno local pueden perder su ventaja adaptativa con el cambio climático.  

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