A pesar de que las hemos considerado fuentes de energía amigables con el medio ambiente, estudios recientes indican que las centrales hidroeléctricas son una fuente subestimada de metano. El metano es uno de los gases tipo invernadero más contaminantes, y hoy existen empresas que desean reimaginar la realidad del metano en el agua.
¿Cómo funciona una central hidroeléctrica?
Consideradas frecuentemente como una de las formas más antiguas de energía renovable, las centrales hidroeléctricas y sus embalses son responsables de la liberación a la atmósfera del equivalente a casi mil millones de toneladas de dióxido de carbono (gran parte de estas emisiones son en forma de metano). La manera en la que esto funciona es que el agua cae a través de las turbinas que generan electricidad. De manera que conforme el agua se agita, emite gases de efecto invernadero.
La razón detrás de esto es que no es sólo agua lo que pasa a través de las turbinas, sino que a través de ellas también fluyen muchos gases de efecto invernadero disueltos. De la misma manera que el CO2 se disuelve en nuestra agua mineral mientras está bajo presión, también lo hace el gas metano en grandes masas de agua que están en ciertas condiciones.
Es importante recordar que el gas metano es un gas de efecto invernadero que es más de 80 veces más potente que el dióxido de carbono durante una vida útil de 20 años, pero también se descompone más rápido en la atmósfera que el CO2.
Según la ONU, la agricultura es la fuente predominante de emisión de metano en el mundo; las emisiones del ganado producen aproximadamente 32% de las emisiones de metano causadas por el hombre.
Centrales hidroeléctricas y la captación de metano
El metano es un compuesto químico orgánico que se presenta como un gas inodoro e incoloro en la naturaleza. Su fórmula molecular (CH4) refleja sus principales características como hidrocarburo, formado por un único átomo de carbono unido a cuatro átomos de hidrógeno. El metano es altamente inflamable y es el componente principal del gas natural.
Frenar las emisiones de metano ha sido identificado como una estrategia crucial para la acción a corto plazo en relación al cambio climático. Esto se debe a que, a diferencia del dióxido de carbono que puede permanecer en la atmósfera de cientos a miles de años, el gas metano solo tarda una década en descomponerse. Esto quiere decir que incluso si hiciéramos reducciones drásticas en las emisiones de dióxido de carbono, no veríamos los efectos hasta finales de siglo. Por otro lado, si reducimos las emisiones de metano podríamos ver los beneficios en aproximadamente una década y contribuir a las metas para evitar aumentar la temperatura del planeta arriba de los 1.5 grados.
Bluemethane y la esperanza del metano
Es así como nació la compañía Bluemethane, cuya meta es desarrollar tecnología que captura metano de cuerpos de agua como embalses y plantas de tratamiento de aguas residuales. El metano es el componente principal del gas natural fósil y puede quemarse como recurso energético. Los expertos detrás de esta joven compañía fundada en 2020 espera que su tecnología pueda capturar burbujas de metano a medida que suben a la superficie, canalizándolas para recolectarlas y utilizarlas como fuente no fósil de biogás.
Lo más valioso de este proyecto es cómo redirecciona nuestra manera de pensar en las emisiones de metano y en la posibilidad de reducirlas. Debido a la enorme magnitud y demanda de la industria ganadera y de la agricultura (además de los intereses de las partes involucradas) ha sido difícil cambiar el rumbo de sus prácticas. Sin embargo, ahora que empezamos a ver el desconocimiento que ha existido sobre la magnitud de metano emitido a través del agua y el tener una alternativa para evitar que se suelte a la atmósfera es, sin duda alguna, una excelente noticia.
El equipo de Bluemethane está midiendo el metano en 20 embalses de energía hidroeléctrica, desde Brasil hasta Camerún, para identificar puntos críticos que podrían beneficiarse más de la tecnología de captura de metano. Su intención es crear un mercado alrededor del biogás que se convierta a partir del metano, y así poder crear mayores fuentes de energía sustentable.
El pensar en maneras de reducir las emisiones de metano a la atmósfera es una excelente noticia que debería de ser un orgullo para el mundo, por lo que es importante continuar apoyando y dando visibilidad este tipo de iniciativas que encuentran maneras no invasivas de controlar uno de los problemas más grandes de emisiones de gases tipo invernadero.
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