Ambientalistas alertan que el tipo de suelo en Quintana Roo, donde se construye uno de los tramos del Tren Maya podría colapsar debido a que debajo se encuentran cenotes y ríos subterráneos.
Lo que ponen en riesgo tanto a trabajadores, como a la misma estructura del tren una vez que sea construido.
En junio de 2020, un tramo de 600 metros de la carretera federal que va de Playa del Carmen, municipio de Solidaridad, a Tulum, en Quintana Roo, y donde pretendía correr el Tren Maya, colapsó a causa de un socavón.
Qué dicen los estudios de suelo
El tramo 5 del Tren Maya ha activado a defensores del medio ambiente e investigadores, quienes han alertado que mandar la vía del ferrocarril sobre el derecho de vía del tendido eléctrico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no sólo pone en riesgo el sistema de cenotes, cavernas y ríos subterráneos del estado, sino el propio funcionamiento del tren.
Según mapeos realizados por la asociación El Gran Acuífero Maya, tan sólo en Tulum existen al menos 2,000 kilómetros de pasajes subterráneos inundados con características de terreno kárstico.
Entre Playa del Carmen y Tulum se tiene el registro de cuando menos unos 1,600 kilómetros de cuevas inundadas y aunque no se tiene una relación precisa de los cenotes, El Gran Acuífero Maya estima que puede haber más de 10,000 sólo en Quintana Roo y Yucatán.
Selva devastada por el Tren Maya
Los trabajos del tramo 5 del Tren Maya que correrá de Tulum a Playa del Carmen ya avanzan con la deforestación de al menos 20 kilómetros de selva, lo que implica la eliminación de al menos 8 millones de árboles que difícilmente podrán ser repuestos a manera de contención por parte del gobierno federal.
Las autoridades federales han justificado las acciones de tala de la selva sin permisos ambientales con base en el decreto que el presidente de la República publicó el pasado noviembre, con el cual determina que todos los proyectos de infraestructura son de interés público y de seguridad nacional.