El estado y la Ciudad de México han estado atravesando un periodo de extrema escasez de agua, con al menos 280 colonias o vecindarios afectados de los más de 1 mil 800 de la ciudad.
De acuerdo a una publicación de El País, la escasez se debe a que las cuencas que suministran agua a la Ciudad de México, como Lerma Cutzamala -que provee el 25% del agua a la capital- está en niveles históricamente bajos por la sequía y el cambio climático; aunado a que el 40% del líquido se pierda en fugas de agua.
Factores
La disminución de la lluvia, el agotamiento de las aguas subterráneas y una gestión deficiente han planteado desafíos durante varios años, pero han surgido iniciativas ciudadanas de personas y colectivos que decidieron hacerse cargo de este problema sistemático, cambiando hábitos del consumo y apoyando a la población.
Captación de agua lluvia
Marco Sandoval es el fundador de Water for Happiness Foundation y director de Ion Ag+, organizaciones que instalan captadores y purificadores de agua para ayudar a las comunidades a recolectar y utilizar el agua de lluvia para bañarse, cocinar y limpiar.
Ion Ag+ trabaja con nanotecnología y utiliza esferas de cerámica que generan una reacción de ionización con plata integrada que elimina bacterias y no necesita electricidad ni usar cloro.
La organización, desde 2013, ha apoyado a más de 95 mil familias a tener acceso a agua potable hasta la fecha en su propia casa.
Limpieza ciudadana de ríos
“Enchúlame el Río” es un proyecto ciudadano que creó Daniel Estrada, emprendedor social, quien hace diez años se interesó por los ríos y decidió limpiar el agua contaminada del río Chico de los Remedios en la municipalidad de Naucalpan, Estado de México, cerca de su hogar.
Estrada entendió que los ríos son esenciales para el sistema de aguas porque contribuyen a la recarga de los acuíferos, lo cual es esencial para asegurar un suministro sostenible de agua para la ciudad, por ello Involucró a su comunidad en sus jornadas de limpieza, regando la voz acerca del río.
Ahora las ‘enchuladas’ ocurren el último sábado de cada mes. Se reúnen miembros de la comunidad, representantes de empresas y organizaciones y, con botas y guantes de caucho, sacan bolsas de basura, pañales, llantas y toneladas de basura del río.
Después de diez años, Estrada afirma que han logrado extraer 250 toneladas de basura y eso ha cambiado el cauce del río -antes estancado por los residuos. Ha mejorado el mal olor y la comunidad ha visto más flora y fauna.
Sanitarios ecológicos
Un inodoro típico puede utilizar hasta 16 litros por cada descarga, pero Raimundo Acevedo Aguilar, diseñador industrial, tomó conciencia de la enorme cantidad de agua que se estaba desperdiciando y decidió crear su propio baño seco en casa.
Desde hace más de cinco años recolecta sus desechos humanos, separando sólidos de líquidos. Para evitar los olores utiliza aserrín o cualquier fibra seca natural. Luego aplica técnicas para producir composta de alta calidad, que utiliza para fertilizar tierras y contribuir a proyectos de agricultura regenerativa.
“El agua no es una cinta transportadora de residuos: es una cinta transportadora de vida”, afirma Acevedo. Asegura que un sistema de inodoros ecológicos puede ahorrar más de 15 mil litros de agua por persona al año.
Estas iniciativas, comparte El País, a pesar de ser incipientes todavía, son invaluables al promover el ahorro de agua y fomentar el cambio de hábitos en un futuro marcado por la escasez.
Con información de El País
TE RECOMENDAMOS LEER: La-crisis-del-agua-requiere-de-un-dialogo-nacional-para-superar-el-desabasto-marcela-guerra













