El Tren Maya se construye sobre el mayor sistema de cuevas del planeta

Tren Maya

La construcción del Tren Maya, uno de los proyectos insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, continúa generando controversia, debido a que no se conocen realmente las implicaciones ambientales que tendrá en el corto y mediano plazo.

Organizaciones ambientalistas como Siempre Unidas, Jaguar Wildlife Center, Centinelas del Agua, Red de Formadores Socioambientales y Moce Yax Cuxtal confirmaron la presencia de una enorme caverna que forma parte del sistema de ríos subterráneos Angry Wasp, justo en la brecha que se está abriendo en medio de la selva para dar paso al Tramo 5 del Tren Maya.

Se trata de un complejo de cuevas sumergidas de más de 340 kilómetros de longitud que se extiende por debajo del suelo de roca caliza que da forma a la península de Yucatán.

Un portal único al pasado, en peligro

De ahí que Sac Actun también sea el sitio arqueológico subacuático más grande del mundo, una ventana única al pasado prehistórico y reciente de la península de Yucatán.

Cuyas cuevas subterráneas resguardan evidencias invaluables sobre los primeros humanos que habitaron la región, así como pistas sobre el papel que jugaban las cuevas en las actividades rituales mayas.

En 2004, apenas se conocían 17 kilómetros de la red de cenotes que forman Sac Actun. Y aunque aún no se ha explorado el sistema completo, hoy se reconoce la existencia de más de 248 cenotes y casi 200 contextos arqueológicos, entre restos humanos de hace más de 10 mil años y otros que pertenecen a los distintos periodos en los que los antiguos mayas habitaron la península.

La construcción de las obras del Tren Maya no sólo pone en peligro el sustento de los ejidatarios de la región (que a su vez, mantiene una economía turística de bajo impacto), también compromete la ecología y los contextos arqueológicos que yacen en su interior.

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