Tras casi un siglo de creerla extinta, un equipo de investigadores a re-descubierto una abeja australiana nativa y extremadamente rara. Aunque con mucha discreción, la especie parece haber estado allí todo este tiempo, lo cual ha generado mucho interés a nivel científico.
Y es que, en el contexto de las poblaciones reducidas de polinizadores, esta es una excelente noticia; pero el artículo en Journal of Hymenoptera Research advierte que estas aún están luchando para sobrevivir.
El último registro de Pharohylaeus lactiferus databa de 1923, en Queensland, Australia, momento en el cual no se sabía prácticamente nada sobre su especie. A pesar de ello, los investigadores abordaron la ardua tarea de ubicar poblaciones existentes y, de ser posible, realizar los análisis necesarios para conocerla mejor. La revisión de 225 sitios de muestreo generales y 20 específicos en Nueva Gales del Sur y Queensland permitió lograr dicho cometido.
Después recurrieron a los registros de abejas y vegetación del Atlas of Living Australia, el cual aloja 500 especies de abejas en Nueva Gales del Sur y 657 en Queensland. Con ello, el objetivo era evaluar sus niveles de diversidad en la región tomando en cuenta también factores importantes que deterioran su hábitat. Por ejemplo, la fragmentación de las selvas tropicales, los incendios forestales, y el cambio climático.
Así descubrieron el aparente aislamiento y la especialización de sus hospedadores son dos factores que explican por qué esta especie de abeja australiana es tan extraña, tanto que se consideró extinta durante mucho tiempo.
Una especie vulnerable
Los investigadores identificaron tres poblaciones de P. lactiferous al explorar y muestrear las abejas que suelen visitar sus especies de plantas preferidas en la costa de Australia. Esto “sugiere un aislamiento de la población”, según indica el investigador James Dorey, de la Universidad de Flinders.
En su artículo explican también que la especie es vulnerable por la especialización con ciertos especímenes florales específicos. Sus hospedadores habituales son casi tan exclusivos como las abejas, y solo se encontraron cerca de la selva tropical o subtropical.
“Las colecciones indican una posible especialización floral y de hábitat con especímenes que solo visitan árboles de rueda de fuego, Stenocarpus sinuatus (Proteaceae) y árboles de llamas de Illawarra, Brachychiton acerifolius (Malvaceae), con exclusión de otros recursos florales disponibles”.
A pesar de la buena nueva de haberla encontrado, esta rara abeja australiana parece estar aún muy cerca de entrar formalmente dentro del grupo de especies extintas. Como han demostrado los fenómenos en los últimos años y meses en Australia, la destrucción del hábitats por medio de incendios y el uso indiscriminado de la tierra sigue siendo inminente.
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