El 17 de noviembre de 2020, un equipo de investigación navegaba en el Martin Sheen, un barco operado por el grupo de conservación Sea Shepherd, cuando detectaron tres zifios a unos 160 kilómetros de las Islas San Benito en México. Consiguieron hacer fotos y grabaciones de video de los animales y también lanzaron al agua un micrófono especializado para grabar las señales acústicas de los animales.
“Los zifios, sorprendentemente, salieron a la superficie cuatro o cinco veces muy cerca del barco”, dijo en una entrevista a Mongabay Elizabeth Henderson, científica bioacústica en el programa de reconocimiento acústico de ballenas del Naval Information Warfare Center Pacific (NIWC PAC).
“Parecía que nos estuvieran rodeando. Encendimos una de nuestras grabadoras acústicas y se acercaron a verla. Para ser zifios, fue increíble porque normalmente son muy esquivos cuando hay barcos”.
Los zifios se comunican a través de chasquidos de ecolocalización por encima de la frecuencia del oído humano. Pero cuando Henderson y sus colegas analizaron los datos acústicos, descubrieron que los chasquidos de estos zifios eran diferentes de los de los zifios de Perrin. Además, parecía que tenían características físicas diferentes.
“El zifio de Perrin tiene dientes […] justo al final de la tribuna –mandíbula superior–, están justo en la punta de la mandíbula”, dijo Henderson. “Y cuando empezamos a observar las fotos, nos dimos cuenta de que los dientes están más atrás, así que no podían ser zifios de Perrin. Después empezamos a observar otras características, como los patrones de color diferentes y su tamaño […] Es como un rompecabezas. Una vez que empezamos a unir las piezas, nos dimos cuenta de que no solo no eran [zifios de] Perrin, sino que no parecía que compartieran las características de ningún otro zifio descrito”.
Aunque los científicos dicen que “tienen mucha confianza” en que encontraron una nueva especie, tomaron muestras de agua cerca de los zifios para analizar el ADN ambiental, que según Henderson, ayudará a evaluar si los zifios son de verdad una nueva especie.
“Estamos tomando muestras de agua de, literalmente, el lugar donde los zifios se sumergieron, es decir, justo donde estaban”, dijo Henderson. “La esperanza es que haya quedado algo de material genético en el agua, ya sean restos de piel o de materia fecal”, agregó la investigadora.
“Vimos algo nuevo”, dijo Jay Barlow, científico de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) quien también forma parte de la expedición. “Algo que no esperábamos en esta zona, algo que no encaja ni visual ni acústicamente a nada que sepamos que existe. Me da escalofríos pensar que podríamos haber conseguido lo que la mayoría de gente diría que es imposible: encontrar un mamífero grande que existe en la tierra y es completamente desconocido para la ciencia”.
Takashi Fritz Matsuishi, profesor de la Escuela de Ciencias Pesqueras de la Universidad de Hokkaido y coautor de un artículo de 2019 que identificaba a otra especie de zifio, el zifio negro (Berardius minimus), dijo que es muy posible que los investigadores descubrieran una nueva especie cerca de las Islas de San Benito. Sin embargo, dijo que no se podía identificar una nueva especie de forma correcta solo con un análisis de ADN ambiental y observaciones acústicas o visuales.
“La morfología externa y las descripciones osteológicas son absolutamente necesarias”, escribió Matsuishi en un correo electrónico a Mongabay en referencia a las características físicas y estructura del esqueleto del animal.
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