Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza) y el Instituto Carnegie, en Washington, han demostrado en condiciones de laboratorio que el calor que emana desde el núcleo de la Tierra hacia las capas superiores del planeta puede disiparse antes de lo que se pensaba.
En su estudio, los científicos realizaron un modelado matemático y una medición experimental con los que analizaron la evolución del planeta a través de la historia de su enfriamiento.
La superficie de la Tierra se enfrió durante millones de años hasta que se formó la corteza tal y como la conocemos y habitamos hoy, pero hace 4.500 millones de años, la superficie del joven planeta registraba temperaturas calurosas extremas y estaba cubierta por un profundo océano de magma.
A medida que la corteza se solidificó, la enorme energía térmica del interior de la Tierra puso en marcha procesos dinámicos como la convección del manto, la tectónica de placas y el vulcanismo.
Sin embargo, aún queda sin respuesta la pregunta de cuánto tiempo podría continuar este enfriamiento hasta que los mencionados procesos, impulsados por el calor, se detengan.
⚜️Una visualización de las capas de la Tierra: corteza, manto superior, manto inferior, núcleo exterior y núcleo interno. pic.twitter.com/63zcb0P0Fw
— ▓▓▓▓ Ciencia 0K ▓▓▓▓ (@ciencia_OK) January 16, 2022
¿Cuáles serían las consecuencias en la Tierra?
Según la investigación, hasta este momento se desconoce cuánto tiempo durarán los procesos anteriormente mencionados, pero de detenerse, se podría acelerar el enfriamiento del planeta.
Pero, la verdadera clave del enfriamiento del núcleo podría estar en un mineral localizado en el límite del núcleo exterior y el manto inferior, el cual es conocido como bidgmanita.
Hasta ahora, los expertos desconocían cuánto calor podía conducir este mineral, pero su velocidad acelerará el proceso de enfriamiento del planeta.
De hecho, de continuar este proceso, el núcleo podría apagarse por completo provocando que toda actividad geológica cese y el planeta se convierta en una esfera rocosa con un débil campo magnético sin vida.