El British Antarctic Survey utiliza inteligencia artificial para estudiar el Polo Sur. De esta forma recolectan los datos que luego procesan masivamente para determinar las corrientes del océano y el pronóstico del clima.
Lo hacen «con sistemas de aprendizaje profundo» parecidos a los del ChatGPT.
IceNet, la Inteligencia Artificial contra el calentamiento global desde el Polo Sur
Los científicos del British Antarctic Survey recorren partes del Ártico y de la Antártida para recolectar información que sirva para luchar contra el cambio climático.
“Sabemos que las regiones polares son las más sensibles a la crisis climática y son las que más están cambiando. Por eso, es muy importante que recopilemos la evidencia científica más reciente, que monitoreemos lo que está sucediendo, que encontremos nuevos descubrimientos para que podamos dar a los gobiernos la información que necesitan para tomar buenas decisiones y que entiendan realmente cómo pueden alcanzar la neutralidad de carbono a 2050”, le dijo Dame Jane Francis, directora del British Antarctic Survey.
Además de la investigación y el estudio usan IceNet, una Inteligencia Artificial que pronostica cómo cambiará el hielo marino usando el aprendizaje profundo o deep learning, que es el mismo mecanismo que usa el ChatGPT.
Esta herramienta de inteligencia artificial toma todos los datos que existen sobre las corrientes del océano, el pronóstico del clima, los vientos, la visibilidad para proponer la ruta de navegación que sea más eficiente y que no necesariamente es la más corta, sino donde hay menos capa de hielo.
Su proyección propuesta es más rápida y actualizada que una imagen satelital, que en el Polo Sur suele renovarse una o dos veces al día.
También usan vehículos submarinos como los slocum underwater glider, robots que pueden sumergirse hasta un kilómetro de profundidad para medir el cambio de la velocidad del agua y su temperatura. Luego, envía su ubicación por GPS y los datos recopilados a los científicos del British Antarctic Survey que van a bordo del buque de investigación RRS Sir David Attenborough.
“La inteligencia artificial nos proporciona el pegamento para reunir diferentes datos. Y si necesitamos predecir cómo se comporta la Antártida, cómo aumentará el nivel del mar, en última instancia, el aumento del nivel del mar cambiará en los próximos años y décadas; necesitaremos toda la información que podamos. Por otro lado, nuestro buque es como un laboratorio flotante y necesitamos llevar esa embarcación a las posiciones y lugares que más se necesitan”, explicó Scott Hosking, líder del laboratorio de inteligencia artificial del British Antarctic Survey.
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