Ola de calor azota Sudamérica, ¿por qué sucede?

Calor

Los especialistas en climatología lo adelantaron, los entes meteorológicos dieron aviso y ya está aquí: una ola de calor extremo se despliega sobre la región sur y parte central de América del Sur.

El Servicio Meteorológico de Argentina (SMN), país que es testigo del foco de calor más intenso, ya informaba que las temperaturas comenzaban a subir en casi todas sus provincias.

El pasado martes 11 de enero, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya registró 41.1°C, la segunda temperatura más alta desde 1906. El récord en esta ciudad lo tiene la marca de 43.3°C que aconteció el 29 de enero de 1957.

¿Cómo se forma una ola de calor?

Las ondas de calor se dan cuando se alcanza una “secuencia de tres, cuatro o más días con temperaturas muy elevadas, con el detalle que las madrugadas también son cálidas, con temperaturas por encima de los 23°C«, explica el climatólogo Francisco Aquino, profesor del departamento de Geografía de la Universidad Federal de Río Grande del Sur.

Una región propensa a olas de calor

El Cono Sur del continente es un lugar propicio para la formación de fenómenos de calor extremo. “Cuando combinamos la geografía física de América del Sur (su forma, la continentalidad de la región central de Argentina, los Andes y el oeste, con días de más de 14 horas de sol), tenemos las condiciones propicias para la formación de una masa de aire caliente y seco que va a dar el tono de la onda de calor”, explica Aquino.

Atrás de todo esto, está el cambio climático global. Datos del Servicio de Cambio Climático de Coernicus, gestionado por la Comisión Europea, muestran que los últimos siete años fueron los más calientes jamás registrados en la Tierra y el 2021 fue el quinto con la temperatura media más elevada.

Evitar lo peor

Más allá de las medidas básicas para preservar la salud durante una onda de calor, la solución a largo plazo pasa justamente por evitar que el clima en la Tierra aumente aún más.

Un estudio publicado el año pasado por Nature Climate Change concluyó que el 37% de las muertes causadas por las ondas de calor entre 1991 y 2018 pueden ser atribuidas exclusivamente a los cambios climáticos.

“Lo que se viene observando, ese porcentaje del 37%, va a aumentar exponencialmente”, aseguró Ana Vicedo Cabrera, autora principal de la investigación que fue entrevistada por National Geographic en julio de 2021.

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