Desde suelo mexicano, el bisonte americano lucha contra el cambio climático

El bisonte americano regresa a México y lucha contra el cambio climático

El bisonte americano, desde México, lucha contra el cambio climático. El mamífero terrestre más grande de América contribuye a la regulación de los pastizales de la reserva de El Carmen, Coahuila, que acumulan grandes cantidades de carbono.

Esta reserva de 140,000 hectáreas se había olvidado de este animal a causa de la caza indiscriminada y destrucción de su hábitat.

En 2021, y tras una iniciativa liderada por la cementera mexicana Cemex, los bisontes volvieron a recorrer los pastizales, un suelo que acumula grandes cantidades de carbono, lo que lo convierte en clave para la lucha contra el cambio climático.

El bisonte americano vuelve a México para luchar contra el cambio climático

A la reserva llegaron 19 bisontes y actualmente hay más de 90. La cotidianidad del mamífero lo convierte en un actor fundamental para regenerar la vegetación del pasto y para mantener a cientos de especies que conviven con él.

“La poda pareja de los pastos [que producen los bisontes al comer] ayuda a aumentar la diversidad de plantas en el terreno. También cuida la regeneración de los ecosistemas, al llevar las semillas de un lugar a otro (en su aparato digestivo y defecarlas)”, explica Rurik List, investigador de Ciencias Ambientales en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El bisonte impulsa, sin darse cuenta, a otras especies para sobrevivir en los espacios que habita; con sus 800 kilogramos de peso, aplana el pastizal a su paso, una alteración que ayuda a roedores como el perrito llanero, que necesitan que el pasto sea corto para vigilar a los depredadores.

El director de la estadounidense Asociación Nacional del Bisonte (NBA), Jim Matheson, dice que el instinto salvaje del mamífero americano es una de sus claves principales.

“El bisonte nunca fue domesticado y, como tal, conserva los instintos innatos de pastoreo que lo convierten en el rumiante ideal para recuperar los pastizales norteamericanos”, explica Matheson.

Ya se están asentando

Ya nació la segunda generación de crías nativas del lugar, lo que da señas de su asentamiento. La Conanp menciona que en territorio norteamericano había entre 30 y 60 millones de bisontes hace 300 años, pero para 1880, la población se redujo a poco más de 1,000.

“No ha estado amenazado de extinción durante varios años, y la manada ha proliferado en todos los frentes interesados –privado, agrícola, tribal y de conservación– en los últimos años. Creo que la manada de bisontes actual es bastante estable, en realidad”, cuenta el estadounidense.

Este animal fue una importante fuente de alimento y pieles para los pueblos nativos de Norteamérica y desde que volvió a las tierras del norte de México, su población ha crecido en más de 60 ejemplares, y su presencia da un impulso a los pastizales norteños.

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